Habían pasado solo cinco minutos desde que comenzara la carrera cuando Simoncelli perdió el control de su Honda en una curva y fue arrollado por las motos de Colin Edwards y de su gran amigo Valentino Rossi. El impacto fue tan brutal que Simoncelli perdió el casco en el choque. Durante 45 minutos, los médicos intentaron reanimar al piloto que había quedado en parada cardiorrespiratoria, pero no se pudo hacer nada. Tenía heridas en la cabeza, el cuello y el pecho.
El piloto italiano ha muerto en el mismo circuito en el que se proclamó campeón del mundo de 250cc en 2008. El Gran Premio de Malasia de MotoGP se ha cancelado y el director de carrera, Paul Butler, ha dicho que «las consecuencias y circunstancias que han rodeado el accidente serán investigadas a fondo».
«Valiente», según Dani Pedrosa; «un piloto polémico algo alocado en su pilotaje pero con un talento increíble», en palabras de Álex Crivillé. Sus declaraciones, su vestimenta, su comportamiento encima de la moto le habían convertido ya en un piloto excepcional, controvertido, irreverente y una de las promesas del motociclismo italiano, como heredero de Valentino Rossi. Tuvo enfrentamientos con Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo por su excesiva competitividad en las pistas y este año se proponía hacer algo grande.
El Comité Olímpico italiano ha decidido que todas las categorías deportivas del país guarden un minuto de silencio por lamuerte del piloto. Este domingo, 23 de octubre, pasa a la historia del deporte por su coraje y sus ganas de triunfar.