Los residuos urbanos son un problema para todos los países. En la UE los vertederos arrojan 110 millones de toneladas anuales de CO2 a la atmósfera, según un estudio de la Agencia Federal Alemana para el Medio Ambiente.
Alemania está a la cabeza de los Estados miembros que menos residuos envía a los vertederos, unos 3 kilos por habitante, seguida de Suecia y Bélgica, con 21 kg cada una. El estudio indica que las alternativas a los vertederos no son muchas. Los residuos orgánicos se pueden emplear para compostaje, se pueden incinerar o utilizarlos como energía calorífica en las cementeras. Esta última es la opción elegida por Alemania.
La incineración es una solución comprometida, la UE impone condiciones a la explotación de incineradoras y estrictas exigencias técnicas ya que dispersa en el aire, el agua y la tierra sustancias tóxicas que revierten en los alimentos y de ahí llegan a las personas a través de la cadena trófica. Producen gases cargados de dioxinas y furanos entre otros.
Según el estudio, reconvertir los residuos en materia energética en plantas cementeras, reduce al mínimo los residuos que van a parar al vertedero y sus consecuencias adversas, entre otras la emisión de metano al fermentar, un gas de efecto invernadero que contamina 20 veces más que el CO2. En la UE hay 150. 000 vertederos.