Hablamos con Mousa Ag Assarid, portavoz del rebelde Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) de Malí
El gobierno de Malí y los rebeldes de Azawad, un territorio al norte del país que proclamó su independencia en 2012, han reanudado las conversaciones de paz de Argel con la intención de poner fin a décadas de conflicto. El encuentro se ha celebró a puerta cerrada y sin contacto directo entre las partes, entre el día 16 y este jueves 24, e incluyó tanto a Bamako como a representantes de seis grupos armados del norte de Malí, entre los que el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) es el más fuerte.
Diplomáticos de Mauritania, Níger, Chad, Burkina Faso, la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (Cedeao) y otros organismos internacionales han asistido también a las deliberaciones, que se decidió que prosigan en agosto.
En una entrevista en la suroccidental localidad francesa de Mendionde, conocida también como Lekorne, su nombre en vasco, Moussa Ag Assarid, portavoz del MNLA, explica el proceso que condujo a la rebeldía tuareg.
En abril de 2012 declararon un estado independiente, pero la comunidad internacional sigue sin reconocer su existencia. ¿Cuáles son las razones?
Moussa Ag Assarid: No buscamos un Estado tuareg sino un modelo multiétnico, secular y democrático de país. Si bien los tuaregs somos el grupo mayoritario en Azawad, también hay árabes, shongays y peulas, con los que trabajamos en estrecha coordinación.
Desde la independencia de Malí en 1960, el pueblo de Azawad ha declarado en repetidas ocasiones que no quiere ser parte de ese país. Contamos con el apoyo de muchos pueblos en todo el mundo, pero los Estados y las organizaciones internacionales como la ONU prefieren abordar la cuestión sin romper el orden establecido.
Y esta es la razón por la que la ONU y Malí hablan de yihadismo, y no de la lucha legítima por la libertad del pueblo Azawad. Sea como fuere, estamos asistiendo a un reordenamiento del orden mundial a través de movimientos significativos en el norte de África, Oriente Medio, e incluso de Europa, como en el caso de Ucrania. Es una prueba clara del fracaso de la globalización y la gestión mundial.
La intervención francesa en la guerra de 2012 fue un factor clave determinante para ustedes. ¿Cuál es el papel de la antigua potencia colonial en la región?
MAA: Los franceses siempre han estado allí, incluso después de la independencia de Malí. Tienen enormes intereses estratégicos en la zona, por no hablar de recursos naturales como el uranio, del que dependen para su suministro eléctrico. Se podría decir que nuestra independencia ha sido confiscada por la comunidad internacional y por Francia.
Los soldados malienses fueron sustituidos por los de la ONU, pero el ejército de Malí sigue cometiendo todo tipo de abusos contra la población civil, desde detenciones arbitrarias a deportaciones y desapariciones forzosas.
Todo esto sucede sin que los franceses y los soldados de la ONU muevan un dedo. Mientras tanto, Bamako pide ayuda al estado francés con el pretexto de luchar contra el yihadismo...Y no olvidemos el silencio de los medios de comunicación.
A los reporteros se les impide el acceso a Azawad, por lo que la información se filtra a través de los periodistas en Bamako que hablan de «el norte de Malí», que se niegan a informar de nuestra lucha y se convierten en portavoces y defensores del Estado de Malí.
¿Cuál es la presencia real del estado de Malí en Azawad?
MAA: El ejército de Malí y su administración huyeron en 2012 por lo que el Estado solo está presente en las áreas protegidas por el ejército francés, en Gao y Tombuctú.
París tiene alrededor 1.000 soldados desplegados en la zona, la ONU tiene 8.000 cascos azules en todo el país, y hay entre 12.000 y 15.000 combatientes en las filas del MNLA.
Nos coordinamos con el Movimiento Árabe de Azawad y el Alto Consejo para la Unidad de Azawad. Junto a estos dos grupos controlamos el 90 por ciento de Azawad, pero seguimos viviendo en condiciones extremadamente difíciles.
Obviamente no obtenemos ningún tipo de apoyo ni de Malí ni de Argelia, y tenemos que hacer frente a una terrible sequía. Dependemos de la carne y la leche de nuestras cabras, como lo hemos hecho desde tiempo inmemorial, y luchamos con las armas que confiscamos al Ejército maliense, a los yihadistas, o aquellas que una vez recibimos de Libia.
Precisamente, muchos afirman que los combatientes del MNLA lucharon en el bando de Muammar Gaddafi durante la guerra de Libia en 2011. ¿Es eso cierto?
MAA: Muchas medios de comunicación insisten en distorsionar la realidad. Gaddafi otorgó la nacionalidad libia a los tuaregs, pero más tarde los utilizó para luchar en Palestina, Líbano o Chad. En 1990 volvieron a Azawad para luchar contra el ejército de Mali y, aunque tuvimos la oportunidad, no cometimos el error de luchar contra el pueblo libio en 2011.
Gaddafi dio armas a los tuaregs para luchar en Bengasi, pero los tuaregs decidieron ir a Kidal y vertebrar el MNLA. Es completamente falso que el MNLA esté formado por tuaregs que vinieron de Libia. Muchos de nuestros combatientes nunca han estado allí, ni tampoco yo mismo.
¿Los extremistas islámicos siguen planteando un desafío en Azawad?
MAA: En enero de 2013, AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico), Mujao (Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental), un grupo escindido de AQMI, y Ansar Dine atacaron al ejército maliense en la frontera entre Mali y Azawad.
El presidente de Mali (Ibrahim Boubacar Keita) pidió ayuda a Paris para combatirlos pero somos nosotros, el MNLA, los que luchamos contra los yihadistas desde junio de 2012. Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia dicen luchar contra Al Qaeda pero somos nosotros los que lo hacemos sobre el terreno.
Ansar Dine no ha dado señales de vida durante más de un año, pero AQMI y Mujao aún siguen activos. Bamako tuvo fuertes vínculos con AQMI en el pasado, e incluso respaldó a Ansar Dine, cuyo líder es un tuareg, pero la gente bajo su mando son solo una banda de delincuentes. Hoy en día, los yihadistas respaldados por Bamako se han vuelto más fuertes que el propio ejército maliense.
¿Es optimista sobre las negociaciones en curso con Bamako?
MAA: Hasta ahora hemos firmado todo tipo de acuerdos pero ninguno de ellos se ha respetado nunca. Consecuentemente, hemos descartado la etapa en la que aceptaríamos la autonomía, o incluso un estado federal.
Hemos llegado a la conclusión de que la única manera de resolver este conflicto es lograr nuestra independencia y vivir en paz y libertad en nuestra tierra. Malí no ha cumplido nunca su palabra, por eso hacemos un llamamiento a la comunidad internacional, Francia y la ONU.