¿Se cumple en España? para la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) la respuesta es NO. España es el principal país europeo en superficie de producción ecológica y, sin embargo la autorización de variedades comerciales de maíz transgénico, por ejemplo, hace ya mas de doce años, está haciendo estragos en la producción de maíz ecológico al que ha puesto en serio peligro de desaparición en diversas comunidades autónomas por el alto riesgo de contaminación que se produce.
Los agricultores ecológicos no saben qué cultivan sus vecinos y eso provoca que se encuentren con la descalificación de su producción ecológica -aunque legalmente los agricultores que siembran maíz OMG están obligados a declararlo, en la práctica no lo hacen-.
Hablamos con Víctor Gonzálvez, Director de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE).
En realidad, ¿cómo podríamos decir que afecta la utilización de los transgénicos al campo español y al medio ambiente?
Víctor Gonzálvez- En España está autorizado el cultivo de dos variedades de maíz transgénico, que por polinización cruzada impiden que se produzca maíz convencional libre de transgénicos y maíz ecológico. También se comercializa soja transgénica para piensos animales, que provocan contaminación en la cadena alimentaria. Existen varios informes que hablan del impacto sobre el medio ambiente, sobre la economía y sobre la salud. El mas conocido es el que hizo Greenpeace. Los impactos van desde reducir la biodiversidad agrícola hasta pérdidas económicas al no poder acceder a los mercados que no quieren transgénicos. Además en algunos casos puede potenciar enfermedades alérgicas en los humanos aunque esto último no esta del todo probado
eXp.- Los productos transgénicos y los ecológicos ¿son incompatibles?
V.G.- Lo que ocurre es que la agricultura ecológica tiene un reglamento que excluye el uso de transgénicos y el carácter invasor del maíz transgénico impide que se pueda cultivar maíz ecológico. Lo mismo ocurre con el pienso animal con soja transgénica que en la cadena alimentaria contamina otros piensos e impide la existencia del ecológico lo encarece.
eXp.- El maíz uno de los alimentos más perjudicados, ¿por qué?
V.G.- Es el único en el que se ha autorizado variedades comerciales. En el resto de cultivos se está en la fase de experimentación
eXp.- En cuanto a los animales, ¿cómo les afecta el uso de transgénicos?
V.G.- El mayor problema está en las abejas que hacen miel a partir del polen de las flores y no tienen fronteras. Si se poliniza cerca de un campo de maíz transgénico, la miel queda contaminada y, es imposible garantizar que el polen no tenga trazas de transgénicos
eXp.- España sigue siendo el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. ¿Porqué no se consideran los argumentos ambientales, sanitarios, económicos y sociales que han llevado a ocho países europeos entre ellos Francia, Alemania, Suiza o Hungría a prohibir el cultivo de ese tipo de maíz?
V.G.- Se dice que deben existir las dos agriculturas, pero no se tiene en cuenta que una es invasora e impide que se practique la otra. Hay muchos intereses de las grandes empresas multinacionales que quieren controlar el mercado de las semillas. La producción ecológica es, sin duda, la alternativa más eficaz.
eXp.- Pero eso hace que no se cumpla el reglamento europeo de producción,¿por qué?
V.G.- Es una buena pregunta para los que gobiernan. No tiene sentido que ocurra esto y aunque ellos alegan que resuelve problemas de plagas y da mayores rendimientos, la realidad es bien distinta y hace que el agricultor tenga que comprar la semilla año tras año a los que idearon los transgénicos y que el agricultor dependa económicamente cada vez más de esa industria.
eXp.- ¿Han hecho algún cálculo de las pérdidas económicas que esto puede acarrear?
V.G.- Sí, el informe de Greenpeace hace estimaciones de varios cultivadores de maiz ecológico o de ganaderos ecológicos con los piensos y las perdidas pueden ser enormes. Por ejemplo en un solo campo las pérdidas pueden ser de 60.000 euros al año.
En el otro lado de la moneda, los defensores de los transgénicos los defienden alegando que mejora el proceso industrial, que facilita el trabajo en el campo de la ingeniería, ya que los genes que se incorporan al organismo huésped pueden provenir de cualquier especie, incluyendo bacterias y que se puede introducir un solo gen en el organismo sin que esto interfiera con el resto de los genes y que el proceso de modificación genética demora mucho menos que las técnicas tradicionales de mejoramiento por cruce.
Según el estudio de Greenpeace, del que ya hemos hablado, la resistencia frente a los transgénicos a nivel europeo es cada vez mayor. En la actualidad más de 200 regiones o provincias europeas y más de 4500 administraciones locales se han declarado zona libre de cultivo transgénico o han hecho público su deseo de restringir estos cultivos.
Entre ellas, por ejemplo, han indicado que quieren ser libres de transgénicos o están tramitando leyes al efecto las 9 provincias de Austria y las 54 prefecturas griegas. En Italia hay más de 2500 municipios y 15 de 20 regiones ya declarados libres de OMG, cubriendo la práctica totalidad del territorio. En Francia hay declarados más de 1250 municipios, 15 regiones y 6 departamentos. En Polonia, todas las regiones se han declarado libres de transgénicos.