El sector textil y confección español ha sido uno de los que más ha sufrido desde el inicio de la crisis en 2008, con un descenso en el número de empresas del 35 % (8.471 en 2013 frente a 13.036 en 2008) y de casi un 30 % en el empleo (129.000 trabajadores en 2013 frente a 182.000 en 2008). Un sector que además se ha visto muy afectado en Europa por la creciente competencia de los países en desarrollo, con bajos costes de mano de obra, China e India figuran a la cabeza, y el cese a partir del año 2005 de las restricciones a la importación del ATC (Agreement on Textiles and Clothing).
A pesar de esa liberalización comercial, la UE sigue siendo el primer exportador mundial de textiles, seguida de China y Corea del Sur, y el tercero en exportación de prendas confeccionadas. Especialmente llamativo es el caso de Italia que se mantiene como segundo exportador mundial de prendas confeccionadas, sólo por detrás de China, a pesar de que el coste de la mano de obra italiana es 16 veces más alto que el chino.
El futuro del sector pasa necesariamente por la adaptación a la realidad cambiante de un mercado textil mundial cada vez más exigente y que demanda productos personalizados y especializados. Como los llamados «textiles técnicos», que se definen como materiales y productos textiles que disponen de las propiedades específicas para el desarrollo de una determinada función y adaptada a su entorno de aplicación, y que responden a exigencias técnico-cualitativas elevadas (ligereza, rendimiento mecánico, térmico, conductividad, etc....).
El total del consumo mundial de textiles técnicos representa aproximadamente un 26 % del consumo mundial de materias textiles, con diferencias importantes entre los países. Así, mientras que en EE. UU. los tejidos técnicos representan el 35 % del total del consumo de textiles, en Europa se estima que representan el 30 %, en Japón el 42 % y en China tan sólo el 14 %. El crecimiento del consumo mundial de estos productos también ha sido muy significativa en los últimos años, ya que según el informe «Technical Textil and industrial nonwovens: World market forecasts 2010», habría pasado de representar casi 14 millones de toneladas en 1995 a cerca de 24 millones de toneladas en 2010. En España los textiles técnicos representan el 22% del mercado textil y cada vez hay más demanda, en sectores que ofrecen amplias oportunidades de negocio.
Un informe de la Fundación Cotec analiza una gran diversidad de tecnologías aparecidas recientemente que permiten producir nuevos productos textiles con aplicaciones en múltiples sectores como sanidad, moda, medioambiente, seguridad, automoción, construcción, agricultura y ocio, entre otros muchos, y que están experimentando una creciente demanda en todo el mundo. El documento, titulado «Textiles técnicos», ha sido presentado este jueves por José Vicente Serna, Secretario General de ATEVAL (Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana), Antonio Serna, Responsable de Medio Ambiente de ATEVAL, Laura Santos, Técnico de Competitividad e Innovación de ATEVAL, y Juan Mulet, Director General de Cotec.
El consumo de textiles técnicos crece rápidamente en todo el mundoEl total del consumo mundial de tejidos técnicos representa aproximadamente un 26 % del consumo mundial de materias textiles, con diferencias importantes entre los países. Así, mientras que en EE. UU. representan el 35 % del total del consumo de textiles, en Europa se estima que es del 30 %, en Japón el 42 % y en China tan sólo el 14 %. El crecimiento del consumo mundial de estos productos también ha sido muy significativa en los últimos años, ya que según el informe «Technical Textil and industrial nonwovens: World market forecasts 2010», habría pasado de representar casi 14 millones de toneladas en 1995 a cerca de 24 millones de toneladas en 2010.
En España los textiles técnicos representan el 22% del mercado textil y la tendencia de su demanda es creciente, en sectores que ofrecen amplias oportunidades de negocio como:
- Medicina, sanidad e higiene, dirigidos a actuar de barrera contra bacterias, ser impermeables o bien con gran capacidad de absorción de líquidos (sangre, orina, etc...), proteger de cargas electroestáticas, conservar sus propiedades después de tratamientos de lavado y esterilización o mantener el confort para el usuario, entre otras. En esta área también son importantes los tejidos para vestuario «health-tex», que incorporan sustancias beneficiosas para la salud mediante microencapsulación, o con sensores para medir el estado de salud del usuario, ajustar la temperatura corporal en bebés prematuros o controlar el paro cardíaco congestivo.
- Protección medioambiental (ecotextiles), para filtrar emisiones atmosféricas industriales, protección del suelo y reforestación, limpieza de residuos en desastres medioambientales en el mar o protección contra la polución atmosférica o acústica (industria, aeropuertos, etc...).
- Moda y vestuario, que incluyen los tejidos inteligentes, que incorporan sistemas electrónicos e informáticos (gadgets) en las prendas de vestir para controlar constantes vitales del usuario, conocer su ubicación con sistemas GPS o para ocio y mejora del confort. También incluye el vestuario «high tech», las entretelas, las telas componentes de calzado o los tejidos con efectos especiales, cada vez más utilizados por artistas y personalidades del mundo del espectáculo.
- Deporte y ocio, que incluyen tanto las prendas de indumentaria como los diversos artículos empleados en materiales e instalaciones para la práctica deportiva.
- Protección personal, principalmente dirigidos a defensa, cuerpos de seguridad, bomberos y personal de industria nuclear, química, metalúrgica, automoción, aeronáutica, construcción civil y naval o minera y a deportistas (carreras de coches, motos, bicis, esquí, esgrima,...). Protegen, entre otros factores, del calor y las llamas, el frío y la intemperie, agresiones físicas, corrosivos químicos, contaminación bacteriológica, radiaciones o cargas electrostáticas. En el área de defensa y seguridad también destacan los textiles con capacidad para enfriar o calentar tintas «termocromáticas», que ya se están experimentando para camuflaje.
- Automoción, aeronáutica y otros medios de transporte, aplicados a la propia estructura (carrocería, casco o fuselaje), a elementos de seguridad y confort para los pasajeros (cinturones, airbag o asientos) o a la mecánica y sistemas de tracción (neumáticos).
- Textiles para el hogar y locales públicos, principalmente para revestimientos murales, tapicerías, cortinas, visillos y estores, alfombras y moquetas, colchones y almohadas.
- Construcción y arquitectura textil, para la protección térmica, el ahorro energético, la mejora del confort, o la protección acústica, contra el fuego o contra radiaciones electromagnéticas (EMI), en el caso de salas destinadas a albergar equipos electrónicos.
- Geotextiles e ingeniería civil, con aplicación en las vías férreas, carreteras, consolidación de taludes, etc..., realizando funciones mecánicas de separación, refuerzo, protección y soporte, así como funciones hidráulicas de filtración y drenaje.
- Agricultura, silvicultura y pesca, para la optimización de la productividad, disminución de riesgos climáticos, protección contra insectos, etc..
- Sectores industriales, diseñados para dar respuesta a requerimientos industriales específicos (filtros, cintas transportadoras, mangueras, paredes de hornos, turbinas o reactores, etc...).
- Envases y embalajes, para mejorar la sujeción y protección de productos industriales, agrícolas, alimentarios y otros bienes durante su transporte.