Los desorbitados sueldos de los altos cargos de multinacionales en Suiza, habían creado una repulsa social, pero en las urnas no ha tenido el reflejo que se preveía en los sondeos. Los cantones donde están las principales sedes de las grandes empresas y de los bancos han sido contundentes. En Zúrich, el 66% han votado en contra, el Ginebra el 51%.
La propuesta pedía que lo que cobra en un mes el salario más alto de una empresa, no supere lo que cobre en un año el asalariado con el sueldo más bajo. Lo que se conoce como la ley del 1 a 12. El presidente de las Juventudes Socialistas, David Roth, ha reconocido que «estamos decepcionados, pero vamos a continuar luchando contra los salarios excesivos y el sistema de reparto injusto de sueldos. Este sistema no tiene futuro». La propuesta tenía el apoyo de la Unión Sindical Suiza (USS), que quiere que se establezca un salario mínimo en el país alpino de unos 3.250 euros.
Hace 8 meses el 67% de los suizos aprobaron imponer controles estrictos y restricciones a los sueldos, indemnizaciones y jubilaciones de altos ejecutivos