En la conferencia participaron el Primer Ministro griego Yorgos Papandreu, la francesa Martine Aubry, presidenta del Partido Socialista francés, el nuevo ministro finlandés de Exteriores, Erkki Tuomioja, su homólogo irlandés Eamon Gilmore, el líder del grupo Socialdemócrata en el Parlamento europeo, Martin Schulz, o el Secretario de Estado español para la Unión Europea Diego López Garrido, entre otros.

En la declaración que siguió a la teleconferencia se hace hincapié en la necesidad de que los Gobiernos de la Eurozona «afirmen su primacía sobre los mercados financieros» y reclama de los Estados «medidas valientes y firmes». Se propone la creación de una agencia de estabilidad que permita plazos más amplios para devolver la deuda a los países en dificultad y que asegure una «corrección en un Estado cuya economía corra el peligro de perder su estabilidad».

Apuestan por la creación en la zona euro de un mecanismo, con garantías conjuntas, que sirva para ayudar a los países que se encuentren en la diana de los ataques de los especuladores. Este mecanismo permitiría a los inversores privados asumir una parte en los costos de las medidas de estabilización.

Proponen, así mismo, «una tasa europea a la especulación para recaudar nuevos ingresos sin penalizar a la gente corriente», una reforma financiera que «limite el poder de las agencias de calificación crediticia» y la creación de una agencia europea de calificación que sea independiente y que tenga una financiación pública. «Así mismo, la zona euro podría beneficiarse de la emisión de bonos» añade la declaración.

Por su parte el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, en una entrevista que publica este domingo el diario Kathimerini asegura que no va a declarar la suspensión de pagos de la deuda griega que llega a los 350.000 millones de euros. «En esta etapa -afirma- no hay sitio para voces que cultivan el miedo y apuestan por el fracaso».

El próximo jueves, 21 de julio, se celebrará en Bruselas una cumbre extraordinaria para estudiar el segundo plan de rescate a Grecia entre rumores de los expertos que afirman que no podrá salvarse de la suspensión de pagos aunque tenga la ayuda de la UE y del FMI. Atenas acusa a estos especuladores de estar interesados en las pingües ganancias de los seguros contra la suspensión de pagos, los CDS.