La secretaria general de la CES, Bernadette Ségol, se entrevista este miércoles con Nicolas Sarkozy en su calidad de presidente de turno del G20 para exponer un punto de vista sobre la solución a la crisis muy distinto al que están marcando Bruselas y los gobiernos europeos.
A la CES le preocupan las consecuencias de una posible participación china en el Fondo de Estabilidad por las ventajas que puede obtener Pekín en las relaciones comerciales y buscan la participación sindical en lo que la UE llama y propone como refuerzo de la dimensión social de la globalización.
Los sindicatos europeos quieren un nuevo plan Marshall para Europa, con más apoyo mutuo en la UE, mediante la emisión de eurobonos, y con menos proteccionismo. Defienden la modificación de los Tratados para implantar una estricta gobernanza económica en la UE, pero siempre defendiendo la solidaridad y el progreso social ante todo.
Ségol ha dado la bienvenida a la iniciativa de la Comisión Europea de proponer una tasa a las transacciones financieras, a pesar de la oposición de Reino Unido, pero critica los ataques a los derechos de los trabajadores de la troika formada por la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, en países con problemas como Grecia e Italia, «pero también en otros Estados oportunistas como Hungría, República Checa y Eslovaquia para oprimir esos derechos, desmantelar las estructuras de negociación colectiva y reirse del diálogo social».