Los resultados del referéndum, no oficiales y difundidos por la cadena B92, reflejan el rechazo general de la minoría serbia que vive en Kosovo a formar parte de un país que no consideran suyo. Se les planteó la pregunta «¿Aceptas las instituciones de la denominada República de Kosovo?» y prácticamente todos los que participaron dijeron «no», eran unos 35.000 de los 120.000 que viven en la región.
Mientras las autoridades de Pristina, la capital kosovar, ha mostrado su «profunda decepción» por la consulta, el alcalde de Mitrovica, (zona serbia de Kosovo), Krstimir Pantic, pide a la comunidad internacional que actúe en consecuencia con el resultado del referéndum y recuerda que, según la Constitución serbia, Kosovo sigue siendo parte del país.
En 2008 Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia, que reconocen 80 países, pero ni siquiera todos los de la UE, entre ellos, España. La minoría serbia que quedó en un país con una población de origen albanés en 90% se ha convertido en el principal escollo para que Kosovo avance en su reconocimiento internacional.
El gobierno de Belgrado no ha alentado la convocatoria de una consulta que, en principio, favorece sus tesis porque su prioridad ahora es convertirse oficialmente en candidato al ingreso en la UE, justo cuando Bruselas debe tomar la decisión a finales de este mes de febrero.
La UE ya ha dicho que el referéndum no soluciona nada. «Tenemos que encontrar la solución por la vía del diálogo y las consultas», ha explicado en rueda de prensa Maja Kocijancic, portavoz de Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton. De hecho, la semana que viene se reanudan las negociaciones auspiciadas por la UE entre Belgrado y Pristina y lo importante para los dos países, ha señalado la portavoz, es que «logren un acuerdo de cooperación regional».