Desde que se lanzara en 1957 el Sputnik, más de 6.000 satélites han seguido su camino en el espacio. Muchos de ellos ya no sirven, pero siguen orbitando alrededor de nuestro planeta. La chatarra, explota, choca entre sí y se fragmenta, dando lugar a más residuos todavía lo que, a su vez, genera más colisiones. Es un círculo vicioso que amenaza los vuelos espaciales.
El pleno del Parlamento Europeo ha votado este miércoles, 2 de abril, un marco previamente pactado con los Gobiernos de la Unión Europea que, tiene una dotación de 70 millones de euros del presupuesto de la UE y servirá de apoyo para que los Estados miembros pongan en común sus planes para sortear a la basura espacial.
El programa emitirá alertas que evitarán los riesgos de colisión entre los vehículos espaciales entre sí y los vehículos espaciales y los restos, así como las colisiones debidas a la entrada incontrolada en la atmósfera terrestre de vehículos espaciales que ya no estén en uso o restos de gran tamaño.
El objetivo de la propuesta, que ha hecho la Comisión trata de que los Estados miembros que tienen capacidad apropiada para la observación espacial cooperen entre si para dotar a la UE de servicios de vigilancia espacial y de localización de objetos.
En el espacio, girando alrededor de la Tierra, hay unos 16.000 objetos de más de 10 cm y entre 300.000 y 600.000 mayores de 1 cm. La colisión de un satélite artificial con un objeto de más de 1 cm Puede provocar como mínimo daños, pero también puede destruir algún sistema o instrumentos embarcados. Una colisión con un objeto de más de 10 cm puede destruir el satélite.
Los daños a los satélites se calculan en 210 millones de euros al año pero no es posible cuantificar las pérdidas económicas por las perturbaciones en las transmisiones de datos causadas por satélites perdidos o estropeados que son todavía mayores.