Nunca antes en la historia unas elecciones europeas habían seducido a tantos partidos políticos portugueses. Con 21 eurodiputados lusos en juego, hasta 18 de las veinte formaciones reconocidas por el Tribunal Constitucional concurren a las Elecciones Europeas del 25 de mayo, la mayor cota de participación alcanzada nunca en este tipo de comicios si es que finalmente todas las listas son admitidas, veredicto que se conocerá el miércoles 7 de mayo.
La ciudadanía portuguesa podrá elegir entre 16 candidaturas (en 2009 fueron 13), dos de las cuales son coaliciones: la del Partido Social Demócrata y el Centro Democrático Social-Partido Popular (PSD/CDS-PP) y la de la Coalición Democrática Unitaria, CDU, formada por el Partido Comunista Portugués (PCP) y Los Verdes.
La mayor novedad es el aterrizaje político de dos 'foráneos': el actor Nicolau Breyner, cabeza de lista del Partido Nueva Democracia, y el exdecano del Colegio de Abogados António Marinho Pinto, designado como número uno del Movimiento Partido de la Tierra (MPT).
Menos mediáticas aunque también novedosas son las propuestas del Partido por los Animales y por la Naturaleza (PAN); del Partido Democrático del Atlántico (PDA), formado en las islas Azores; del Partido Portugués de los Trabajadores (PTP), con mayor incidencia en Madeira; y de Portugal pro Vida (PPV), apuesta esta última abiertamente católica y antiabortista.
Las innovaciones por la izquierda son dos: Livre, el movimiento liderado por el eurodiputado independiente (elegido inicialmente por el Bloque de Izquierda –BE- Rui Tavares); y el Movimiento Alternativa Socialista (MAS), que está liderado por otro disidente del BE, Gil Garcia. Los diálogos entre las tradicionales fuerzas de izquierdas y las 'novatas' han sido habituales durante los últimos meses, pero todos ellos fracasaron en su intento de presentar una coalición fuerte. Así, el panorama a la izquierda del Partido Socialista (PS) está bastante pulverizado.
Todos los partidos con asiento en el actual Parlamento Europeo repiten nombres y apellidos aunque con diferente orden en el interior de las listas, a excepción del PS, que sustituye a Vital Moreira por Francisco Assis, también experto en estas lides pues ya estuvo en el Parlamento entre 2002 y 2009.
Portugal perderá peso político en el ajedrez político europeo
Desde la entrada de Croacia en la Unión Europea el 1 de julio de 2013, Portugal ha perdido un escaño en el Parlamento Europeo en relación a la última composición. Una merma que los medios portugueses sitúan en segundo plano frente a lo que consideran el auténtico perjuicio: la salida de Durão Barroso como presidente de la Comisión Europea, donde ha estado instalado los últimos diez años (su mandato termina el 31 de octubre).
Precisamente la gran novedad de estas Elecciones Europeas reside en el hecho de que el presidente del órgano ejecutivo de la UE pasa a ser electo por el Parlamento Europeo y designado por el Consejo Europeo, en un complejo juego político en el que no será suficiente ser el candidato del grupo parlamentario más votado. Este aspecto es el que está animando el período preelectoral, tal y como refleja el lema de la campaña: 'Esta vez es diferente'.
Los principales candidatos a suceder al portugués Barroso (Partido Popular Europeo, PPE) son el socialista alemán Martin Schulz (Partido Socialista Europeo, PSE), actual presidente del Parlamento Europeo; y el luxemburgués popular Jean-Claude-Juncker (PPE).
En cualquier caso, Portugal perderá peso político en el tablero político europeo. Tras una década de presidencia de la Comisión, lo más probable es que el próximo comisario luso, que será designado por el Gobierno tras las elecciones, tenga una importancia prácticamente residual. Será el futuro presidente de la Comisión quien tenga la potestad de distribuir las diferentes carteras, las más importantes de las cuales irán a manos de los países con más peso en Europa.
Una vez más, este reparto político dependerá de una variada suma de detalles, entre ellos, la importancia y la visibilidad de los comisarios elegidos por cada Estado miembro. En este sentido, el Ejecutivo portugués no ha dado todavía ninguna señal sobre su elección, si bien el PS, en la oposición, ya se ha desmarcado pidiendo que, tras diez años de Barroso, es el turno de un socialista.