Zeitoun, Gaza, (IPS)- Tawfiq Mandil, de 45 años, es uno de los cientos de agricultores y activistas en el oriental distrito gazatí de Zeitoun, a medio kilómetro de la frontera con Israel, que participan de un nuevo llamamiento a boicotear los productos de los asentamientos judíos. «El ejército israelí destruyó mi casa y mis cinco dunams de tierra (un dunam equivale a 1.000 metros cuadrados) el último día de la ofensiva de 2009, así como otros 20 hogares».
Con carteles que rezaban «Boicot a los productos agrícolas israelíes» y «Apoyemos a los agricultores palestinos», Mandil y otros se reunieron el sábado 9 para plantar olivos en tierra arrasada por Israel y para renovar el llamamiento a no comprar productos de ese país.
Mandil dice que el boicot es la única esperanza de justicia para los productores palestinos. «Esperamos que esto presione a Israel para que deje de atacarnos y nos permita usar nuestra tierra como solíamos», añade. El hecho de que la movilización se realice cerca de la «zona de exclusión» es significativo. Las autoridades israelíes prohíben a los palestinos acercarse a 300 metros de la frontera entre Gaza e Israel.
Sin embargo, el ejército israelí realiza ataques contra palestinos hasta a dos kilómetros de la frontera en algunas áreas, afectando así a más de un 35 por ciento de las tierras agrícolas de Gaza. «Al comerciar con los asentamientos judíos, los estados no cumplen con su obligación de cooperar en forma activa para poner fin al avance colonial israelí», señala el agricultor. «Por tanto, se debería considerar, entre otras acciones, que terceros países dejaran de comerciar con los asentamientos para cumplir con la ley internacional», añade.
La organización de derechos humanos palestina Al Haq divulgó el mes pasado un documento condenando el comercio con los asentamientos israelíes. El trabajo se titula «Feasting on the Occupation: Illegality of Settlement Produce and the Responsibility of EU Member States Under International Law» (Aprovechándose de la ocupación: la ilegalidad de la producción en los asentamientos y la responsabilidad de los estados miembros de la Unión Europea de acuerdo con el derecho internacional).
En un comunicado de prensa el director general de Al Haq, Shawan Jabarin señala que «Aunque la Unión Europea ha condenado de forma bastante clara los asentamientos y su expansión, sigue importando lo que se produce en ellos, y al hacerlo, ayuda a mantener su existencia»
«Más de 80 palestinos han resultado heridos y al menos cuatro murieron en ataques israelíes en diversas zonas de la frontera desde el cese el fuego adoptado en noviembre de 2012 entre Israel y la resistencia palestina», dice el activista británico Adie Mormech, de 35 años, que vive en Gaza. «Hay una acción simultánea en la Cisjordania ocupada», dice Mormech. «Están plantando cerca de la colonia de Yitzhar, que es famosa por su violencia contra los palestinos. En todo el mundo, unos 30 países llevan a cabo acciones en solidaridad con los agricultores y los pescadores palestinos».
Um Abed, de 65 años, se muestra desafiante. «Hoy estamos plantando olivos. Si Dios quiere, el año próximo vamos a plantar limones, dátiles y palmeras. Nosotros plantamos, ellos arrasan, y nosotros volvemos a plantar», señala. Esta nueva campaña es parte de una ola de iniciativas similares que se han lanzado en Gaza los últimos años.
Estudiantes de universidades gazatíes han redoblado el llamamiento al boicot que hicieron en 2012, publicando vídeos en YouTube en los que pedían a los simpatizantes de Palestina de la comunidad internacional que brindaran apoyo político, y no solo asistencia económica o humanitaria.
La Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI, por sus siglas en inglés) ha ido ganando poco a poco respaldo internacional, incluso de universidades y académicos de Gran Bretaña y Estados Unidos. Un número creciente de asociaciones culturales y religiosas, como la cuáquera Friends Fiduciary Corporation, están retirando sus inversiones de empresas que hacen ganancias o apoyan la ocupación israelí de Palestina. La Iglesia Unida de Canadá apoyó en agosto de 2012 el boicot a los artículos producidos en los asentamientos.
Haidar Eid, profesor de la Universidad de Al Aqsa en Gaza, y miembro de PACBI, explicó lo que implica la campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). «Estamos llamando a la implementación de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que llama a un repliegue de las fuerzas de ocupación de la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental», indica. «La segunda demanda es la implementación de la resolución 194, para devolverle a todos los refugiados palestinos los pueblos y aldeas de los que fueron expulsados por razones étnicas en 1948. Queremos igualdad», añadió.
La sociedad civil y los estudiantes de Gaza han estado a la vanguardia en la campaña BDS, pero también el gobierno de la franja, a cargo de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), ha dado pasos importantes para impulsarla, destaca el activista estadounidense Joe Catron.
«La campaña contra Adidas comenzó en marzo de 2012, cuando esa empresa patrocinaba un maratón en diversas partes de Jerusalén, incluyendo algunas que eran internacionalmente reconocidas como ocupadas. El Ministerio de Juventud y Deportes llamó a la Liga Árabe para que boicoteara a Adidas como respuesta, algo que hicieron varios países».
En septiembre de 2012, el Ministerio de Agricultura de Gaza decidió prohibir el ingreso a la franja de la mayoría de las frutas israelíes. Ahora «los agricultores palestinos pueden cultivar las frutas para que las consumamos», dice el director de comercio del Ministerio, Tahsen Al Saqa. «Debemos apoyar y proteger a nuestros propios productores. Se han visto económicamente devastados desde 2006 por la prohibición israelí a las exportaciones», indica.
«El boicot es la clave, y está creciendo», señala Adie Mormech, y augura «El impulso es tal que no se va a detener».