La infancia es extremadamente vulnerable a la violencia, la explotación y el abuso y necesita protección. La ONG Plan está trabajando en coordinación con el estado filipino y ha hecho un segundo llamamiento global de 75 millones de dólares para llevar a cabo un programa de recuperación durante los próximos 5 años. Desde España la organización mantiene una campaña de recogida de fondos para paliar las necesidades más urgentes de los más de cinco millones de niños y niñas víctimas del tifón.
Cuando se cumple un mes del paso por Filipinas del Tifón Haiyán, la organización de protección y defensa de los derechos de la infancia Plan Internacional, recuerda que los niños y niñas afectados por este desastre sin precedentes, no deben convertirse en una generación perdida. Actualmente hay 1'8 millones de niños y niñas desplazados en las islas que son vulnerables a la violencia, la explotación, el abuso y la negligencia. Estar sometidos a elevados niveles de estrés durante un periodo prolongado de tiempo, puede afectar gravemente a su desarrollo.
La organización de defensa de los derechos de la infancia, que recientemente incrementó a 75 millones de dólares su respuesta de emergencia para paliar la magnitud del desastre, afirma que proteger los derechos de los niños y niñas vulnerables y ayudarles a volver a la escuela debe seguir siendo la prioridad. Para Carin van der Hor, directora de Plan Internacional en Filipinas «Nuestra prioridad inmediata durante el tifón Haiyán está siendo salvar vidas y cubrir las necesidades básicas de los damnificados, pero estamos también muy preocupados por los cientos de escuelas que han sufrido daños o han sido destruidas y están siendo utilizadas como centros de evacuación. Este tifón tendrá graves consecuencias en la educación de los niños y niñas, y es importante que les proporcionemos educación de emergencia –de forma temporal- mientras las comunidades se recuperan, y que trabajemos para que los niños y niñas puedan volver a sus escuelas lo más rápidamente posible».
Plan Internacional ha establecido varios Espacios Amigos de la Infancia –apoyados por el personal y voluntarios de la organización- para proporcionar a los niños y niñas un lugar para jugar, aprender, recibir ayuda psicológica y poder así entender qué han vivido, en un entorno seguro.
La organización ha estado monitoreando aumentos en el trafico infantil, algo que comienza a preocupar a los padres -e incluso a los jóvenes- que están migrando fuera de las zonas afectadas para buscar trabajo dejando a los niños y niñas más pequeños, pues para muchas personas, Haiyan, se llevó consigo sus medios de subsistencia.
Los cocoteros eran una de las principales fuentes de ingresos en Samar del este, donde vive Mae Anne, una niña de 12 años. Allí el tifón destruyó la cosecha y llevará de ocho a diez años plantar y cosechar de nuevo. Muchas familias que cultivaban cocos, como la suya, han perdido su principal fuente de ingresos. Mae Anne cuenta cómo el tifón Haiyan ha afectado a su pueblo, a su familia y a su educación: «Nuestro pueblo era precioso, pero ya no lo es. Solo quiero que todos mis vecinos, que han perdido sus casas, tengan pronto un nuevo hogar. Me gustaría volver a tener cocoteros, porque es lo único que podemos cultivar, pero han desaparecido. Ahora no podemos ir a la escuela. He perdido mis libros y otros materiales escolares. Extraño la escuela. Echo de menos a los profesores y las buenas lecciones que nos dan. Sin embargo sigo haciendo tareas y camino con mis amigos por los alrededores para ver qué va pasando. En este momento, tengo la sensación de que aquí no hay futuro, pero si trabajamos duro, podremos recuperarnos».
El tifón Haiyan, que golpeó Filipinas el pasado 8 de noviembre de 2013, es una de las tormentas más fuertes que han tocado tierra devastando todo a su paso. Miles de personas han perdido la vida. Se estima que 14,9 millones de personas se han visto afectadas y 4,13 millones se han visto forzadas a desplazarse.
Todas las oficinas de Plan Filipinas en terreno así como cerca de 40.000 beneficiarios de los proyectos de la organización se han visto afectados en cuatro provincias (Samar Este, Samar Oeste, Cebu y Leyte).
Plan Internacional distribuyó suministros básicos en las comunidades antes de la llegada de Haiyan, lo que permitió el reparto inmediato de miles de kits de refugio temporal y de agua. Desde entonces se ha entregado ayuda adicional a miles de damnificados y se espera poder llegar a más de 250.000 personas más, entre ellas 105.000 niños y niñas con ayuda inmediata de primera necesidad, incluyendo alimentos. Plan Internacional está trabajando también con las autoridades y seguirá colaborando con ellas para garantizar el acceso a sustento, vivienda y la rehabilitación de escuelas.
«En España la respuesta ha sido muy generosa, pero sigue siendo necesario el apoyo de la sociedad para poder reconstruir Filipinas. Ahora comienza el reto de buscar nuevos fondos que permitan a los filipinos construir de nuevo sus hogares, sus escuelas y sus vidas» asegura Concha López, directora de Plan Internacional en España. Un promedio de 20 tifones golpea las islas cada año, siendo dos o tres de ellos devastadores. Haiyan, ha sido el más fuerte este 2013. Plan Internacional trabaja en Filipinas desde 1961, a través de proyectos que en la actualidad benefician a más de 420 comunidades en todo el país llegando a más de 80.000 familias. PLAN NP