De Australia a Alemania, los musulmanes se han convertido en el objetivo de la industria del turismo. Y se les empieza a mimar, con spa islámicos, que incluyen salas de oración o restaurantes halal (donde se puede disfrutar de todo lo que está permitido por su religión, una especie de certificado de garantía-). Eso sin tener en cuenta que el lugar por excelencia que más musulmanes atrae, es la ciudad saudí de La Meca, con casi 2 millones de peregrinos anuales durante la fiesta del Hajj (peregrinación).
Según un estudio realizado en 47 países por el operador turístico Crescentrating Singapur y DinarStandard, especializados en el mercado musulmán, el gasto de estos 1,8 millones de turistas, progresará anualmente un 4,8 por ciento, hasta llegar en 2020 al 3 por ciento del turismo mundial. Es un segmento de población muy rentable, principalmente en los países islámicos. El destino favorito de los fieles de Mahoma son Egipto, Malasia e Indonesia, pero los países no musulmanes observan atentamente ese lucrativo mercado. En ese sentido Tailandia y Australia (situados más cerca de Indonesia, el país con más musulmanes del mundo), ya están estudiando como atender a las «necesidades» de este colectivo. La estación balnearia de la costa oriental australiana, Gold Coast, anunciaba este año, la posibilidad de pasar un excelente Ramadán en sus instalaciones. En Egipto otro operador proponía viajes siguiendo los preceptos de la sharia (la ley islámica)
Tailandia, un país de mayoría budista, ha puesto en marcha una campaña para promover los balnearios islámicos, donde hombres y mujeres están estrictamente separados. De hecho el aeropuerto de Bangkok, ha sido distinguido este año como el aeropuerto internacional más respetuoso con las prácticas islámicas. El de Munich, recibió en 2010, cerca de 900.000 musulmanes, y para atenderles cuenta con sala de oración, servicios -con la garantía halal- y en sus restaurantes se sirve comida árabe.
Los musulmanes ricos de los países del Golfo son los más importantes clientes a cuidar para el turismo de lujo, por los altos presupuestos que manejan en sus desplazamientos. Los ricos de Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes, se gastaron el 37 por ciento del gasto de turistas en 2011, y eso que solo respresentan el 3 por ciento de la población musulmana mundial. En Europa el gasto turístico de los musulmanes en Francia, Bélgica, Reino Unido y Alemania se sitúa alrededor del 13 por ciento de lo que gastan los turistas.
No sólo el turismo está atento a este mercado creciente, también los productores de alimentos, las farmacéuticas, la moda y otros sectores que han puesto su mirada en esta importante y numerosa clientela.