Los ministros europeos de Transporte han decidido crear de forma inmediata una célula de crisis que permita coordinar las actuaciones de los Estados miembros y los diferentes organismos implicados, Eurocontrol o la Agencia Europea para la Seguridad Aérea en el caso de que suceda una situación parecida a la provocada por el volcán islandés.
Los ministros reconocieron la necesidad de contar con sistemas «más fiables de medida de datos y modelos para evaluar mejor las condiciones del espacio aéreo». Pidieron también que se fijen umbrales comunes para definir con claridad el margen de seguridad de los motores y los aparatos ante problemas como el de la nube de cenizas.
También han hablado de ayudas para las compañías aéreas. El ministro de Fomento español y presidente de turno del Consejo, José Blanco, ha explicado que los Gobiernos esperan unas directrices de la Comisión europea que aclaren los requisitos que se deben cumplir para conceder estas ayudas.
Por su parte el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y comisario de Transporte, Siim Kallas, se ha mostrado prudente y ha dicho que Bruselas analizará "con buenos ojos" las subvenciones cuando los Estados lo pidan, pero ha recordado que no es buen momento. Que las finanzas públicas no están para muchos pagos con la crisis y ha pedido que no se creen muchas espectativas.
Respecto a establecer unas normas claras, la UE permite ayudas en situaciones «excepcionales», aunque lo mejor, dijo, será analizar caso por caso ir «con pies de plomo» y calcular «con mucho cuidado» las pérdidas reales.
Ha valorado las pérdidas que provocó el cierre del espacio aéreo durante seis días entre 1.500 y 2.500 millones de euros. Se cancelaron 100.000 vuelos y se quedaron en tierra 10 millones de pasajeros.
Respecto al cielo único europeo los ministros han acordado acelerar al máximo las medidas que permitan su puesta en marcha.
La reunión ha coincidido con el cierre durante varias horas del espacio aéreo de Irlanda y el noroeste de Escocia por una nueva nube de cenizas procedente de Islandia. Las medidas que se han tomado son las mismas que se adoptaron en la primer erupción del volcán.