Casi la mitad de los menores cuyos padres tienen un bajo nivel educativo están en riesgo de exclusión, estos niños son los más amenazados por esta lacra mientras que la proporción se reduce hasta el 22 % para los niños cuyos padres han cursado hasta la educación secundaria.
Casi uno de cada tres niños con al menos uno de sus padres inmigrante en el país de residencia corren más riesgo de caer en la exclusión que aquellos cuyos padres son nativos del país de residencia. En España este factor se ve acentuado, el 46 % de los menores de 18 años con alguno de sus padres extranjero está en riesgo de exclusión. A España le siguen Grecia, y Francia con el 39 %.
Los países en los que los menores tienen más probabilidades de caer en la pobreza y la exclusión son Bulgaria (52 %), Rumanía (49 %) o Letonia (44 %), mientras que los que menos son Finlandia y Dinamarca (16 % cada uno), Eslovenia (17 %) y Países Bajos (18 %).
Todas estas cifras se encuentran en un informe publicado por la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat,
En la UE se considera que están en riesgo de pobreza o de exclusión social las personas que cumplen al menos una de las siguientes premisas:
- Viven en una familia cuyos ingresos son inferiores al umbral de la pobreza que es el equivalente al 60 % del sueldo mínimo de un adulto después de pagar los impuestos correspondientes.
- Carecen en su vida diaria de 4 de los siguientes 9 elementos:
1- No pueden pagar el alquiler, la hipoteca o las facturas normales en una casa.
2- No pueden calentar correctamente su domicilio
3- No pueden hacer frente a gastos imprevistos
4- No pueden consumir carne o pescado o proteínas equivalentes cada dos días
5- No pueden permitirse una semana de vacaciones fuera de su domicilio
6- No tienen coche
7- No tienen lavadora
8- No tienen televisor en color
9- No tienen teléfono fijo o móvil
El comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Laszlo Andor, ha insistido en la importancia de que los Estados miembros inviertan en bienestar social en estos momentos de crisis y eviten las políticas cortoplacistas. «En la situación actual, los gobiernos buscan consolidar sus presupuestos a la vez que impulsar el crecimiento. Esto convierte al gasto en bienestar social en uno de los principales objetivos de los recortes, por lo que es importante no gastar más, sino de una manera más eficiente», ha dicho.