El organismo, que representa a 200.000 facultativos británicos de todas las especialidades, avisa de que un 48 por ciento de los hombres y un 43 por ciento de las mujeres del Reino Unido serán obesos en 2030, lo cual implicará un aumento importante de enfermedades y, por tanto, un mayor gasto para la sanidad pública.
La AoMRC critica que el gobierno británico deje la responsabilidad en la industria a la hora de informar sobre las calorías, azúcar, sal y grasa de sus productos o de asesorar a los consumidores y no imponga medidas más contundentes para acabar con la publicidad de las grandes compañías de alimentación que califica de irresponsable.
Los médicos del Reino Unido piden explícitamente la prohibición de que famosos o personajes de animación publiciten comida o bebida insana para los niños o de que existan establecimientos de comida basura cerca de las escuelas. Quieren además que revise el impuesto establecido «sobre la grasa» y que se promocione el ejercicio, en una campaña, que no quiere ser «una más». «Este es un gran problema para el Reino Unido, mucho más grande que lo fue el VIH o la gripe porcina», ha dicho un portavoz, el profesor Terence Stephenson, según recoge la BBC.
La lucha contra el tabaco que las instituciones han llevado a cabo es el ejemplo de que las campañas de concienciación con medidas eficaces dan resultado. Stephenson asegura que «como ha pasado con el hábito de fumar, la solución radica en el entorno, cambiando la forma de exponer a la gente a la comercialización, la publicidad o las presiones para comprar ese tipo de alimentos.»