En el comunicado que los líderes del G-7 han hecho público en La Haya avisan de que «las acciones de Rusia tendrán consecuencias significativas» en las que se incluirán sanciones sectoriales coordinadas «que tendrán un impacto cada vez más importante en la economía de Rusia».
El grupo, formado por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, el presidente del Consejo Europeo y el Presidente de la Comisión Europea, explica que han decidido no participar en la cumbre de Sochi, y suspenden su participación en el G-8 mientras Rusia continúe como hasta ahora. Se reunirán como G-7 en la misma fecha que estaba previsto pero en Bruselas en lugar de en Sochi y sin Rusia.
En el comunicado se señala que los ministros de Energía del G-7 estudiarán la forma de «fortalecer nuestra seguridad energética colectiva». La energía es uno de los principales problemas que plantea la situación. Muchos de los Estados miembros dependen energéticamente del gas ruso.
No solamente el gas. Según el Instituto de Estudios Turísticos español (Frontur), las sanciones pueden hacer que disminuya el número de turistas rusos que vengan a España, que el año pasado fueron 1,58 millones. Las perspectivas actuales no son muy favorables, el rublo se deprecia -un 20% en un año- y la bolsa de Moscú registra fuertes caídas. Los operadores turísticos esperan que las tramitaciones de visados a los turistas rusos no se «vean afectadas».
Los sectores a los que hace mención el comunicado en cuanto a las sanciones podrían ser los de la energía, el financiero y bancario así como el armamentístico.
Y mientras Rusia sigue tomando posiciones en la península de Crimea los líderes del G-7 buscan financiación para apuntalar las finanzas ucranianas. Por el momento Japón ha anunciado que dará hasta unos 1.000 millones de euros de ayuda.