La controvertida figura de Margaret Thatcher, muerta hoy a los 85 años, ha recibido elogios por parte de la mayoría de dirigentes políticos mundiales, aunque también ha sido objeto de críticas feroces. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy ha dicho que durante sus 11 años de gobierno había transformado el Reino Unido y había marcado su propia agenda europea». El presidente de la Comisión, Jose Manuel Durao Barroso, ha destacado que «será recordada por sus aportaciones y sus reservas a la UE». Para Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, «demostró que la política todavía tenía la capacidad de ser una fuerza para el cambio». El expresidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, ha sido uno de los más críticos, al señalar «que sus políticas liberales están en el inicio de la crisis actual».
Thatcher es recordada en Gran Bretaña por resistirse a la idea de que la Unión Europea debería acercarse a la unión política, pero, en estos momentos difíciles para la UE, los líderes europeos, más dispuestos a la integración que Margaret Thatcher, han elogiado su herencia política. La llamada «dama de hierro», la única mujer que llegó al puesto de primera ministra en el Reino Unido estuvo en el poder entre 1979 y 1990 también es recordada por su famosa frase "no, no, no" al euro. Admirada y odiada, padecía alzheimer, pero ha muerto a los 87 años, de un ataque de apoplejía.
El que más elogios ha lanzado a Thatcher, ha sido el primer ministro británico, el también conservador, David Cameron, que se encontraba de visita en España. Cameron que ha regresado rápidamente a Londres, ha dicho que «hemos perdido a una gran primera ministra, una gran líder y una gran británica» y ha reconocido que dividió a la sociedad de su país.
La canciller alemana, Angela Merkel, a la que muchos consideran su sucesora política ha declarado que «marcó la Gran Bretaña moderna como pocos lo han hecho antes o después y que fue un líder extraordinario de nuestro tiempo.». Su antecesor al frente del gobierno alemán, Helmut Kohl, ha recordado «aprecié mucho el amor a la libertad su incomparable apertura de espíritu y su franqueza y estilo directo». Francois Hollande, el presidente francés ha señalado que «a lo largo de su vida pública, con las creencias conservadoras que asumió plenamente, era consciente de la proyección del Reino Unido y defendió sus intereses». También ha destacado que su relaión con Francia fue «justa y abierta» y ha elogiado el «impulso decisivo» para la construcción del Túnel en el canal de la Mancha.
El presidente español, Mariano Rajoy, ha destacado «su firme compromiso con la libertad, la democracia y el Estado de derecho y la determinación de sus reformas son un valioso legado de los gobiernos europeos actuales». El primer ministro irlandés, Enda Kenny, la ha descrito como un «líder político formidable» cuya carrera tuvo «un impacto significativo» sobre los asuntos «británicos, europeos y mundiales». También ha reconocido que los gobiernos de Thatcher, coincidieron con un «momento difícil» de las relaciones entre Londres y Dublin, cuando el conflicto de Irlanda del Norte estaba en «su apogeo» y ha destacado la firma del «acuerdo anglo-irlandés» diseñado para acabar con el enfrentamiento, aunque no prosperó.
Para Anders Fogh-Rasmussen, ex primer ministro danés y Secretario General de la OTAN, fue «una política extraordinaria que defendió con firmeza la libertad y fue una decidida defensora de la OTAN y las relaciones transatlánticas». «Ella jugó un papel de liderazgo para poner fin a la Guerra Fría.»El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, ha dicho que no la conoció ni personalmente ni políticamente y que su referencia era la película "La dama de hierro" y ha destacado la contribución que la ex primera ministra británica hizo en favor de la igualdad de género en su país.
Elogios también de Estados Unidos, su gran aliado. El presidente Barack Obama, ha dicho que su país "ha perdido a una verdadera amiga y que con su muerte el mundo ha perdido a una defensora de la libertad". Un aspecto que también ha destacado el ex presidente, George Bush padre, "fue sin duda una de las más feroces defensoras de la libertad y de la economía de mercado del siglo XX". Henry Kissinger, ex secretario de Estado de EE.UU. ha señalado que "fue una personalidad audaz, una mujer que había aprendido que un líder debe tener convicciones fuertes, porque la gente no tiene manera de decidir por sí solos a menos que sus líderes les dan sentido ".
Pero hay quien no le perdona esas convicciones y la defensa de las medidas económicas ultraliberales que mantuvo durante sus años de mandato. El expresidente francés, el también conservador, Valery Giscard d'Estaing, -con quien coincidió en algunos Consejos Europeos entre 1979 y 1981- ha dicho que "fue una política formidable que hizo que Gran Bretaña brillara en todo el mundo, pero en persona tenía una tendencia a aplastar a la gente a quien ella consideraba débil. Giscard fue uno de los contemporáneos de la "dama de hierro" en el escenario mundial y ha dicho que tenía "buenos" recuerdos como "indomable" personaje a quien admiraba por la franqueza con la que defendía sus principios. Y ha añadido que "sus políticas de austeridad podrían estar en el inicio de la crisis económica actual". Jean-Luc Mélenchon, líder de la izquierda radical francesa, ha tuiteado que "en el infierno descubirá lo que le hizo a los mineros". El futbolista británico Joey Barton, jugador del Marsella, ha incendiado las redes sociales al cebarse con la muerte de la expremier en su twitter: "Diría que Maggie descanse en paz, pero no sería verdad. Si el cielo existe, esa vieja bruja no estará allí..."
El exlíder minero, David Hopper, enemigo jurado durante la huelga de 1984-85, ha dicho "hoy cumplo 70 años y es el mejor aniversario de mi vida". Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, la ha acusado de "haber llevado a cabo una política militar draconiana que prolongó la guerra y causó un gran sufrimiento". Y ha añadido que se le recordará por "su papel en la muerte de prisioneros republicanos en huelga de hambre entre 1980 y 81". El ex ministro de trabajo británico, el laborista, Tony Benn , ha recordado que "declaró la guerra a muchas personas en Gran Bretaña y no creo que ayudara a nuestra sociedad".