Estos son algunos de los puntos recogidos en un informe que recoge las inquietudes de los jóvenes europeos expuestas en el Evento Europeo de la Juventud (EYE), celebrado en el mes de mayo y que congregó a 5.500 personas de entre 16 y 30 años, procedentes de los 28 Estados de la UE y también de países candidatos.
La Eurocámara invitaba a los jóvenes a reunirse con responsables políticos y personas con amplia experiencia profesional en la empresa, para intercambiar ideas y perspectivas sobre cuestiones relacionadas con este colectivo. El desempleo juvenil, la revolución digital, el futuro de la Unión Europea, la sostenibilidad o los valores europeos, fueron los temas de debate.
En febrero la tasa de paro en Europa era del 22.9%, mientras que países como Grecia o Croacia llegaban al 56% y al 49%, respectivamente. La solución a corto plazo parece la emigración a otros países con, aparentemente, más oportunidades. Pero se ha demostrado que no es una solución real.
Desde EYE proponen ideas y denuncian que los sistemas educativos no ofrecen la formación que demandan los mercados laborales y se genera un desajuste que produce miles de puestos vacantes. Consideran que las universidades también podrían ofrecer información sobre las perspectivas de las carreras que proponen en sus planes de estudio o las previsiones de empleo de cada una de ellas. Critican que los Estados miembros, se niegan a evolucionar y por ello, proponen que desde Bruselas, se fomenten programas europeos, voluntariado y aprendizaje permanente para ganar más experiencia.
Entre otras propuestas, abogan por mayor inversión pública con un nuevo 'Plan Marshall' que cree 6 millones de empleos, y favorezca el acceso a una educación formal y no formal de manera gratuita y universal, con becas para las familias con menores ingresos. Recibir una renta básica vitalicia de manera incondicional o la introducción de un salario mínimo en todos los países de la UE, son otras sugerencias.
En el área de las nuevas tecnologías y la revolución digital, destacan la importancia de regular la protección de datos, el desarrollo de 'smartcities' que mejoren la eficiencia y sostenibilidad de los servicios y la garantía de la igualdad de información, el derecho a la intimidad y que los derechos de los usuarios en internet, sean globales. Reclaman más transparencia a través de un canal europeo independiente, red Wi-Fi gratuita o un acceso abierto y gratuito a la cultura.
En política, los jóvenes europeos destacan problemas comunes como el aumento del euroescepticismo y los nacionalismos o la marginalización de los países más pequeños. Ante las amenazas de los partidos radicales, se muestran optimistas con la futura UE, un sistema sin fronteras y destacan el hecho de que Europa disfruta de su período de paz más largo nunca visto. Ni siquiera en otros continentes.
Más democracia directa con un único sistema de voto en toda la UE, listas transnacionales, voto electrónico incluyendo la elección del presidente de la CE o la introducción de cuotas para menores de 30 años, dando mayor peso a la juventud en el PE, fueron otros de los temas tratados.
La Unión Europea debe hablar con una sola voz sobre la migración, la política económica y exterior así como los asuntos internacionales; la competencia entre los Estados miembros debe reducirse.
Por último, proponen políticas de reducción de los efectos del cambio climático, el comercio justo o la sobrepesca. En el ámbito de la igualdad de género, más del 50% de los que participaron en EYE2014 estaba a favor de la supresión de las cuotas de género; preferían ocupar un puesto por cualificación.
Otras peticiones recogidas en el informe final es declarar el agua como bien común, libre de las empresas privadas, accesible a todos y gratuita, el fomento de la alimentación ecológica, no basada en transgénicos y la importancia de la educación por la sostenibilidad.
Es el primer informe que reciben los eurodiputados, recién inaugurada la octava legislatura, se la han remitido para que conozcan los puntos de opinión de la juventud europea antes de diseñar las nuevas políticas comunitarias, para que tengan en cuenta las esperanzas y preocupaciones de los jóvenes en Europa y se evite que los jóvenes den la espalda a las instituciones y sobre todo para er una generación perdida.