Más de 20.000 personas se han manifestado en Fráncfort, la capital financiera alemana, para protestar contra el poder de los bancos y la política de recortes de la Unión Europea. A pesar del despliegue policial (unos 5.000 agentes) y de que las autoridades han cerrado dos estaciones de metro, no se han registrado incidentes. Los manifesantes han denunciado el desmantelamiento del estado de bienestar y las ayudas que los gobiernos han dado a los bancos con problemas financieros.
Los indignados alemanes, que se unen bajo el lema Blockupy, habían organizado varias concentraciones esta semana ante la sede del Banco Central Europeo (BCE), pero la policía las había disuelto, deteniendo a unas 400 personas. La justicia alemana sólo había autorizado la de este sábado. «La zona del euro se quema» o «Cuando la injusticia se convierte en la regla, la resistencia se convierte en un deber», eran algunos de los lemas que se han coreado durante la marcha. Aunque un grupo de manifestantes escondían sus rostros detrás de capuchas, gafas de sol y bufandas a pesar de la prohibición policial de ir con el rostro cubierto, Todo ha transcurrido con normalidad.
Las fricciones entre la policía y los manifestantes han sido continuas a lo largo de la semana, cuando los indignados han intentado cercar la sede del BCE y el distrito financiero de la ciudad. Las acciones de protesta empezaron el miércoles cuando varios centenares de manifestantes intentaron acampar en la zona. Ese mismo día el Tribunal Constitucional prohibió las acciones y recordó que el veto se mantenía vigente hasta el viernes para cualquier protesta en la ciudad.
El bloqueo policial ha provocado que el viernes, la zona pareciera una ciudad fantasma, totalmente desierta (el jueves fue festivo en Alemania). Para entrar en el distrito había que identificarse y pasar controles de seguridad.