Los griegos ya no pueden más con los ajustes impuestos por la troika, compuesta por el Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y recibir a la canciller alemana a la que muchos griego vinculan con los recortes que vienen soportando en los últimos tres años no es lo que más les gusta. En Atenas hay un dispositivo policial de unos 6.500 agentes, incluidos efectivos antiterroristas y francotiradores.
La visita de Merkel, de apenas unas seis horas, es la primera que hace a Grecia desde que comenzó la crisis en 2009. Incluye una entrevista con el primer ministro, el conservador Antonis Samarás, otra con el presidente del país Carolus Papoulias, con empresarios griegos y con el líder del partido socialista Pasok socio del gobierno, Evangelos Venizelos.
Merkel ha sido criticada por retrasar tanto su visita a Atenas, ya lo han hecho el presidente del Consejo de la UE, Herman van Rompuy, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso y el jefe de la eurozona, Jean-Claude Juncker.
Desde Alemania se ha anunciado que Angela Merkel lleva un mensaje de apoyo a Grecia por los recortes «ambiciosos» que el gobierno ha aplicado y alentará a las autoridades a que sigan por ese camino.
El ministro de Asuntos Extrnjeros, Guido Westerwelle, ha dicho que el viaje «es un acto de reconocimiento para el gobierno» griego. Por su parte el ministro de Finanzas, menos diplomático ha puesto el dedo en la llaga advirtiendo de que la visita no significa concesiones, prolongación de plazos, ni nuevas ayudas financieras para Grecia.
En estos momentos el gobierno griego estudia con los enviados de la troika un nuevo paquete de medidas de ajuste de 13.500 millones de euros a cambio del nuevo tramo del rescate. El presidente ha pedido dos años más de tiempo para aplicar esos recortes.