La economía mundial no soportaría más de una semana los problemas generalizados derivados de un desastre natural o de un ataque extremista. El grupo de expertos de Chatham House, con sede en Reino Unido, han examinado las consecuencias de la nube de ceniza que originó el volcán islandés que interrumpió el tráfico aéreo en Europa en 2010, las del terremoto y el tsunami en Fukushima o las inundaciones en Tailandia en 2011 y han elaborado un informe alertando a los Gobiernos. Las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes, 2011 ha batido el récord de los últimos años.
Según el informe, «Prepararse para acontecimientos de alto impacto», la frecuencia de los desastres naturales parece acelerarse y la globalización hace sentir su impacto en todos los países.
Este año 2011 ha habido desastres que han puesto a prueba el equilibrio de la frágil economía mundial. Otros, no tan fuertes, pero que se repiten regularmente tienen efectos igualmente graves. Inundaciones, ciclones, sequías o crisis alimentarias como la del Cuerno de África deberían -según el informe- hacer que la comunidad internacional se replanteara la forma en la que responde a estas catástrofes. Algunas se van gestando durante meses hasta que explotan.
Las cadenas de suministro de bienes han optimizado la eficiencia de la economía mundial, pero han exacerbado la velocidad y la gravedad de la repercusión en caso de un trágico suceso.
El terremoto, el tsunami y la posterior catástrofe nuclear en Japón en marzo de 2011, puede haber costado una cantidad equivalente al 20 por ciento del PIB del país. Hay que tener en cuenta que empresas globales como Toyota o Sony, tuvieron que suspender temporalmente su producción.
Chatham ha examinado las consecuencias de la nube de cenizas del volcán islandés que costó a la UE entre 5.000 y 10.000 millones de euros y puso a algunas aerolíneas y compañías de viajes, no necesariamente europeas, al borde de la bancarrota. En diferentes empresas dijeron que si la crisis hubiera durado algunos días más les habría costado al menos un mes recuperarse. Una semana, concluye el informe parece ser el tiempo que la economía mundial soporta antes de comenzar a resentirse. El informe indica que los Gobiernos deberían preparar a sus países para situaciones críticas.
Otro informe, este de la reaseguradora alemana Munchener Ruck, dice que 2011 ha sido el año más caro de la historia para las aseguradoras. Las compañías tuvieron que asumir unos 292 mil millones de euros, en daños y unos 27.000 muertos producidos por 820 catástrofes naturales, sin contar las muertes ocasionadas por la hambruna en el Cuerno de África. Y eso que en Japón, que están muy preparados y acostumbrados a los terremotos, no se habían hecho tantos seguros. El total de daños fue dos tercios mayor que en 2005.
Torsten Jeworrek, de Munchener Ruck, ha declarado que «una serie semejante de catástrofes naturales es, por fortuna, poco frecuente», aunque en 2011 se han producido algunas que solo tienen lugar cada mil años.
Pero lo que para unos es malo, para otros no lo es tanto, años como este son muy productivos para las reaseguradoras - entidades que aseguran a las aseguradoras- aunque «suene cínico» dijo Jeworrek, estos acontecimientos hacen que muchas personas y empresas se aseguren más y mejor