Manifiesto de la Unión Romaní en el Día Internacional por la eliminación de la discriminación racial.
Para nosotros, los gitanos, cada día del año es un 21 de marzo. Cada día tenemos que recordar que todavía, en pleno siglo XXI, existen muchas barreras que nos separan de la igualdad de trato que merecemos como ciudadanos españoles y europeos. No es una cuestión menor. Nuestro futuro depende de ello, y por esta razón, sabemos que conmemorar este día es de una importancia vital.
Cada año aprovechamos esta fecha para denunciar todas las atrocidades que nos asolan en muchos países del mundo: pobreza endémica, exclusión forzada, educación segregada, ataques racistas, y un amplio y oscuro etcétera que es conocido por la opinión pública, por las autoridades y por los propios gitanos.
Sin embargo, este año queremos aprovechar este día para soñar dándole, por una vez, un enfoque luminoso a la adversidad, como es común entre nosotros. Soñando, este sería un gran día para anunciar que los gitanos ya no nos sentimos discriminados. Que nuestro pueblo es totalmente aceptado y que gozamos de una igualdad sin precedentes. Que todas las políticas públicas que se llevan a cabo en muchos ámbitos de actuación diferentes han dado sus frutos y que nuestros jóvenes gitanos no duplican las ya de por si deplorables cifras del paro juvenil.
Hoy queremos seguir soñando abierta y libremente y reconociendo que todas aquellas luchas por las que hemos venido peleando desde hace tanto tiempo están obsoletas, porque ya no queda ni una sola persona gitana en este planeta que viva en condiciones de extrema pobreza ni de miseria.
Nuestros niños, ninguno de ellos estará ya condenado a estudiar en escuelas para discapacitados mentales, como sucede en algunos países de Europa del Este, y por esa razón tendrán igualdad de oportunidades para desarrollarse como personas. Tampoco las mujeres gitanas sufrirán más esterilizaciones forzadas, ni padecerán abortos no deseados por la falta de atención médica a tiempo y de calidad.
Y seguimos soñando, hoy que es el día Mundial contra el racismo
En las barriadas en las que vivimos una gran mayoría de gitanos, las condiciones de sanidad serán las mismas que en el resto de la ciudad. Tendremos el mismo presupuesto para nuestros colegios y para nuestros espacios públicos. En nuestras casas no habrá más humedades, ni más grietas, porque todas las administraciones se preocuparán de que vivamos en condiciones dignas. Y cuando queramos alquilar una vivienda, no tendremos problemas por el color de nuestra piel. Cuando vayamos a una entrevista de trabajo no nos discriminarán porque nuestro apellido sea Jiménez, Heredia, Santiago, o Maya.
Hoy es el día mundial contra el racismo y por eso toda la gente que no nos conoce y que opina mal de nosotros nos querrá como vecinos, y las estadísticas del CIS desmentirán que somos la comunidad peor valorada de todas.
En Francia, no querrán expulsarnos y derribar nuestras casas, y en la República Checa, no harán manifestaciones contra nuestras organizaciones y nuestra gente. En España, los medios de comunicación no continuarán esforzándose por hacernos parecer los nuevos payasos de la tele y en las redes sociales no se nos tratará peor que a los animales. En Grecia los neonazis no nos intimidarán continuamente porque en nuestros sueños, no hay neonazis, ni hay políticas discriminatorias, ni hay medios de comunicación sensacionalistas. Tampoco hay barriadas paupérrimas, ni hay pobreza, ni hay hambre.
Porque en nuestros sueños no hay racismo.