Siguiendo los pasos de Rumanía y Bulgaria, España ha enviado a Bruselas los Programas Operativos (PO) con los que pretende conseguir una financiación cercana a los 20.000 millones de euros del FEDER. El gobierno español concluye ahora la primera fase del proceso de tramitación, y se inicia el turno de negociaciones hasta la previsible aprobación de Bruselas.
Los nuevos objetivos que marcan el eje de los fondos traen cambios importantes. Así España, emprenderá proyectos acordes al fomento de la investigación, innovación y desarrollo, la mejora de calidad de la enseñanza y del empleo, la reducción de las emisiones de dióxido de carbono o el apoyo a la PYME. A estos se suman los objetivos marcados desde la creación de estos fondos: la convergencia y la competitividad de las regiones.
Con este nuevo enfoque, España cumple con los cuatro bloques claves para la concesión de los fondos en el próximo período y se asegura la consecución, o por lo menos el intento, de los objetivos del plan «3/20» aprobado por el Consejo Europeo en 2006: aumentar en un 20% la producción de energía renovable, incrementar un 20% la eficacia energética y reducir, en también un 20%, el volumen de gases de efecto invernadero respecto a las emisiones registradas en 1990.
El montante principal del fondo, en el caso español, irá destinado a las siguientes cuatro partidas: un 23,6% a potenciar proyectos de I+D+i (siendo prioridad el desarrollo de nuevos procesos de obtención de energía renovable), un 18% a impulsar una economía baja en emisiones en todo el abanico productivo, un 15% para apoyar a las PYMES y un 9,8% a la mejora en el acceso y en la forma de las TIC. Por tanto, un 66,4% se destinará a actuaciones de crecimiento sostenible e inteligente, mientras que el monto restante, unos 9.417 millones de euros, financiarán los diferentes programas remitidos por las Comunidades Autónomas a Hacienda. Principalmente a labores de conservación del medioambiente, tratamientos de agua y residuos y transporte.
Otra de las novedades para este periodo será la introducción de la figura de la cofinanciación. Ante las restricciones de consolidación fiscal (no gastar más de lo que se recauda) impuestas por Bruselas al Gobierno Central, y éste, a su vez, a las administraciones locales; se permitirá, por primera vez y de forma generalizada, la financiación privada. El objetivo es que se puedan ejecutar proyectos de fuerte gasto, en los que la dotación enviada desde Bruselas no es sufriente, sin que las administraciones públicas se sobreendeuden. Un ejemplo sería la construcción de una carretera en una región deficitaria de infraestructuras y que la empresa, tras su aportación inicial, pueda explotar la vía (sistema de peaje, concesión de las labores de conservación, etc.).
Pero, ¿qué es el FEDER? y ¿quién se beneficia?
El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) tiene por fin la contribución a la rectificación de los principales desequilibrios regionales en la UE, actuando en el marco de una estrategia global e integrada de desarrollo sostenible y garantizando un efecto sinérgico con las intervenciones de los demás Fondos Estructurales.
La construcción de una carretera en Galicia, región envejecida, con gran peso de actividades agrarias, de orografía compleja y con menor recaudación impositiva fruto de su estructura socioeconómica; es más difícil de ejecutar para el gobierno autonómico que lo que podría suponer para el ejecutivo madrileño. El FEDER está para eso, para corregir ese desequilibrio y garantizar la igualdad (la convergencia) entre regiones.
Respecto a quien se beneficia, cuatro son las distinciones a efectuar si nos atenemos a la normativa más reciente de la que se dispone, la del periodo 2007-2013. Las regiones de convergencia (con un PIB inferior al 75% de la media), Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Galicia; recibieron un total de 19.000 millones de euros. Las regiones phasing-out (las que superan ese 75%, pero que lo han hecho por la entrada de nuevos socios que han hecho bajar la media europea), Asturias, Murcia Ceuta y Melilla; se asignaron 1.500 millones y 12.000 millones en créditos europeos. Las pashing-in (las que superaron el 75% de forma natural, no por la bajada de la media), Canarias, Castilla y León y Comunidad Valenciana, obtuvieron 3.900 millones. Y las regiones de competitividad (superan la media europea), Aragón, Baleares, Cantabria, Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja; consiguieron 3.000 millones de euros.
Es decir, a medida que es peor la situación de la autonomía, mayor es la financiación europea, la cual se convierte en clave en este tipo de regiones, en la que incluso sus presupuestos autónomicos se ven superados por estas aportaciones.
A nivel europeo ocurre lo mismo. 170 millones de personas, de 84 regiones de convergencia pura y 16 del tipo pushing-out se beneficiaron de 251.000 millones de euros de este tipo de fondos, lo que supone un 81,5% del total de la política de cohesión (en la que entran en juego otras aportaciones más allá del FEDER).
¿Qué financia?
En el caso español el abanico de proyecto que financia el FEDER es muy amplio. Va de grandes infraestructuras a actuaciones menores. El tramo de AVE Antequera-Granada (405 millones de euros), la ronda oeste de circunvalación de Málaga (395 millones), el tramo de la A-8 entre Lorenzá y Vilamar en Lugo (30 millones), la depuradora en zona fronteriza de Cáceres con Portugal (25 millones), la desaladora de Oropesa del Mar (22 millones), el centro de interpretación del Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia (1,1 millones), arreglo de caminos en Castilla La Mancha (65 mil euros) o las guías de hoteles, campings y separatas de alojamiento turísticos en Ceuta (7 mil euros) son algunos ejemplos de los proyectos locales en los que se gastó este fondo en España para el periodo 2007-2013.
Pero más allá de grandes infraestructuras (fue el destino de gran parte de la financiación en dicho periodo), también se invirtió en nuevas tecnologías, en equipos informáticos, para investigación y que necesitan de nuevos fondos para iniciar proyectos y así no quedarse obsoletos. Esther Vázquez Fernández-Pacheco, profesora e investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha señala que «aquí con los fondos FEDER se realizaron unas grandes inversiones para comprar equipos y si no se encuentra financiación para nuevos proyectos, nos encontraremos con equipos obsoletos y con una disminución de la actividad de investigación que afectará a toda la Comunidad». El nuevo rumbo del FEDER hacia una mayor inversión en I+D+i será clave en este tipo de casos en los que de no recibir financiación adicional, se comprometerían inversiones pasadas.
Las autoridades europeas y españolas confían que este nuevo periodo de inversión contribuya no solo a la convergencia de las regiones, sino que además permita reducir el desempleo en estas zonas. Casualmente, cinco de las regiones más beneficiadas con el FEDER en España, Andalucía, Ceuta, Melilla, Canarias y Extremadura; además de ser de las más pobres, sufren las mayores tasas de paro de toda Europa, en todos los casos superiores al 33%.