No se trata de culpar a nadie, pero según este Eurobarómetro que se ha conocido este lunes la conciencia medioambiental de los europeos deja un poco que desear. El comisario de Medio ambiente, Janez Potocnik, parecía un poco desalentado cuando decía «Esta encuesta demuestra que la mayor parte de los europeos no son conscientes de la cantidad de basura que producen».

La encuesta titulada «la actitud de los europeos frente a la utilización eficaz de los recursos» intenta ver como se comportan los ciudadanos de la UE cuando se trata de una eficaz utilización de los recursos, la gestión de las basuras y el reciclaje.

La primera sorpresa es la constatación de que no saben muy bien la cantidad de basura que producen en sus hogares. En 21 de los 27 Estados miembros, la mayor parte dice que en sus casas no producen mucha basura. En España un poco más de la mitad de los encuestados sí lo piensan, la media de la UE es del 41%. Pero otros, encabezados por Rumanía con el 95% creen que su basura no es excesiva.

Y sin embargo Eurostat, la oficina de estadística de la UE, afirma que cada ciudadanos europeo produce 513 kg de residuos al año.

A los europeos tampoco les parece que tiren mucha comida, el 70% estima que al menos un 15% de la comida que compran termina en el vertedero. La cantidad contrasta con un estudio británico que dice que los hogares europeos tiran a la basura el 25% de la comida que compran y el 60% de esos desechos podrían ser evitados.

El 60% de los ciudadanos creen que ese desperdicio de comida se podría evitar si las porciones que venden fueran más pequeñas y la información en las etiquetas más clara, sobre todo la fecha de caducidad de los productos.

En casi todos los países la mayoría cree que la recogida de basuras debería estar mejor gestionada. El 63% es favorable a que los productores paguen por la recogida y reciclage de basuras. Solo un 38% está a favor de que sean los ciudadanos los que paguen ese servicio. El 86% de los encuestados aseguran que comprarían productos fabricados a partir de materiales reciclados y siete de cada diez son favorables a comprar productos de segunda mano, como muebles, equipos electrónicos o ropa.