Los españoles son buenos inventores y malos empresarios

Entrevista con Jorge Blasco, finalista del Premio Inventor Europeo

El pasado 28 de abril el empresario valenciano Jorge Blasco se codeaba en un hotel de lujo de Madrid con la élite científica europea. Se otorgaba el Premio Inventor Europeo 2010 y él era uno de los cuatro finalistas en la categoría de Pymes/investigación. No ganó, pero se convirtió en el primer español que llegaba a esa fase de un premio que no tiene compensación económica, pero sí un enorme prestigio en todo el mundo.

Llegó hasta allí por haber desarrollado una nueva tecnología que permite conectarse a Internet a través de la toma de corriente eléctrica y que ya vende en medio mundo. Humilde en las formas y ambicioso en los contenidos, Jorge Blasco contó a euroXpress su perspectiva de la invención, la investigación, la crisis y Europa

Jorge Blasco, finalista del Premio Inventor Europeo / Foto: EPO

Jorge Blasco es presidente de la empresa Diseño de Sistemas en Silicio (DS2) y también el responsable de que ya exista una tecnología por la que cualquiera puede tener acceso a Internet enchufando sus dispositivos a la toma de corriente convencional. Eso, que él cuenta sin importancia, le valió estar junto a algunos de los grandes investigadores europeos y mundiales el pasado 28 de abril, en Madrid, en la entrega del Premio Inventor Europeo. Él era el primer finalista español.

euroXpress- ¿Cómo se llega a un invento tan simple y, a la vez, tan complejo?

Jorge Blasco- Primero es una intuición de que esto puede funcionar. Segundo, tienes que contratar ingenieros para hacer realidad tu sueño. Tercero, tienes que tener la suerte de que los ingenieros que contrates sean buenos y te ayuden a hacerlo realidad. Y cuarto, quizá el reto más grande, es venderlo a nivel global, ofreciendo beneficios para amortizar las inversiones que se han llevado a cabo.

eXp- Usted lo ha conseguido y el producto se ha comercializado internacionalmente.

J.B.- De momento, pero la vida es una batalla y hay una tras otra. Seguimos vivos, pero tenemos que continuar ofreciendo rentabilidad, contratando más ingenieros y si conoces a alguien que tenga 30 o 40 millones de euros y quiera invertirlos en nuestra empresa, eso garantizaría nuestra independencia tecnológica para no ser absorbidos por ninguna multinacional y que tuviéramos un bajel español navegando por los siete mares de la economía internacional y conquistando mercados.

eXp- Usted empezó dirigiendo una pequeña empresa y ha llegado muy lejos.

J.B.- Tenemos 110 empleados y delegaciones en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Taiwán. (No lo dice, pero entre sus clientes están Telefónica, BT, Telecom Portugal y la asiática Sing TEL)

eXp- ¿Cree que las pymes españolas están en condiciones de competir en los mercados internacionales como ha hecho usted?

J.B.- Algunas, sí y otras, no. Competir a nivel global no es una labor fácil. Los españoles somos muy buenos inventores, pero somos malos empresarios. No sabemos hacer marketing y no sabemos vender internacionalmente. Para mí contratar clientes o ingenieros, contratar buenos vendedores y buena gente de marketing es una misión casi imposible.

eXp- ¿Un premio como éste en el que usted ha sido finalista abre mercados?

J.B.-Es un gran honor. Lo colgaremos en nuestra web y espero que los clientes compren más, pero me cabe la duda. Me siento orgulloso, pero son premios de consolación. El premio total, absoluto es el triunfo de la tecnología en el mercado y la rentabilidad de la empresa.

eXp- No le veo muy convencido, aunque se esté reconociendo a nivel europeo su trabajo y su esfuerzo.

J.B.- Mi trabajo y mi esfuerzo y haber sabido convencer a inversores que han apostado por un proyecto. Desde el punto de vista personal, es un honor haber estado como finalista con investigadores alemanes que han revolucionado el mundo del plástico, franceses que saben curar el cáncer de próstata y americanos que han diseñado chips de GPS que están en los teléfonos móviles de todo el mundo.

eXp- Su invento también es revolucionario. ¿Esperaba el premio?

J.B.-Fue una sorpresa estar seleccionado y habría sido una sorpresa mayor que nos lo hubieran dado. Yo apostaba por los franceses. (El premio en su categoría fue para los alemanes Jürgen Pfitzer y Helmut Nagele por inventar un plástico natural, como alternativa verde al plástico convencional).

eXp- Europa da premios a los investigadores, pero ¿ofrece ayudas suficientes a las empresas de I+D?

J.B. Nunca es suficiente, pero sí. Nosotros hemos tenido ayudas regionales, nacionales y europeas que han sido muy importantes, pero nunca suficientes. Siempre hay necesidad de fondos adicionales para marketing y ventas internacionales y para seguir desarrollando productos en menos tiempo y con más ingenieros.

eXp- Los grandes investigadores de microelectrónica y los mercados principales están en Estados Unidos y Asia, ¿a qué nivel está la empresa europea?

J.B. – Hay muy pocas empresas con nuestro perfil en Europa. Pueden ser una docena y en España somos dos y estamos pasando apuros económicos por la crisis. En Silicon Valley hay cientos de empresas como nosotros. Además, si se mira el entorno global, lo que está pasando en China es mucho más dinámico que lo que está pasando en Europa. En Shenzhen o en Pekín hay un montón de nuevas empresas haciendo microtecnología electrónica y componentes electrónicos para venderlos a nivel global. No dejamos de ser unos seguidores.

eXp- Sin embargo, los líderes europeos no se cansan de repetir que la I+D+i es lo que puede salvar a Europa.

J.B.- Comparto esa opinión, pero me gustaría que se pusiera más esfuerzo y empeño. Por ejemplo, este año las 2 empresas de microelectrónica que hay en España estamos en una situación crítica financiera debido a la crisis global. Nosotros vendimos en 2008 25 millones de dólares y en 2009, tan sólo 8 millones de dólares, lo que nos ha puesto en una situación precaria. En el primer trimestre de 2010 nos estamos recuperando. Hemos vuelto a vender solo en un trimestre tanto como en todo 2009. Pero en este momento crítico, que ha sido cuando los mercados han fallado y cuando hemos tenido unos beneficios más bajos, me hubiera gustado tener más subvenciones de las que hemos tenido.