El acuerdo establece los términos por los que deberá guiarse el Parlamento de Escocia para organizar el plebiscito. Se celebrará en 2014, año en el que se cumple el 700 aniversario de la batalla de Bannockburn en la que el ejército de Escocia mandado por Robert the Bruce venció a los invasores ingleses.
La edad para poder votar se ha rebajado en dos años, a los 16, en todo el territorio británico. Londres y Edimburgo se han comprometido a aceptar el resultado de las urnas sea favorable o no a la independencia. Según reza el documento, que han firmado Cameron y Salmond en la llamada Casa de St. Andrews, sede del gobierno autonómico escocés, el referéndum «deberá cumplir con el más alto nivel de justicia, transparencia y decoro».
Se ha llegado al acuerdo después de intensas negociaciones entre las dos partes y de que el líder del Partido nacionalista Escocés (SNP), haya aceptado renunciar a una segunda pregunta en el referéndum que habría planteado la posibilidad de que Escocia continuara unida al Reino Unido pero gozando su gobierno de mayores competencias.
Se preguntará únicamente si quieren una Escocia independiente o si prefieren prolongar la unión de 305 años con Inglaterra. En 1999 otro referéndum creó el Parlamento descentralizado escocés.
Las encuestas dan entre un 30 a un 40 % de apoyo a la opción independentista. Escocia, con 5 millones de personas, tiene bandera propia, sistema legal y selecciones deportivas, entre otras cosas, aunque recibe unos 37.000 millones de euros anuales del Gobierno central. También tiene petróleo y gas pero están en la parte británica del mar del Norte. Por su parte Reino Unido tiene a su flota nuclear submarina en aguas de Escocia, que dice que no querrá armas atómicas en su territorio si declara la independencia.