Los escáneres en los aeropuertos, sólo si hay consenso

Los 27 estudian la instalación de escáneres personales en los aeropuertos, pero la decisión tardará unos meses. La Comisión europea presentará un estudio sobre salud y privacidad para que los ministros de Transportes tomen una decisión en junio. De momento, en el consejo informal celebrado en A Coruña, el comisario europeo, Siim Kallas, ha aclarado que no serán obligatorios pero sí habrá una normativa común para su utilización.

El ministro de Fomento, José Blanco, ha dicho que trabajará para que haya consenso entre los 27 y se mostró partidario de reforzar la seguridad en los aeropuertos, garantizando la intimidad de los pasajeros.

José Blanco, ministro de Fomento, y Siim Kallas, comisario de Transportes / Foto:presidencia española

El polémico asunto de la implantación de escáneres personales en los aeropuertos ha centrado el consejo informal de ministros europeos de Transporte, celebrado en A Coruña. Ha habido pocas novedades concretas, pero sí matizaciones sobre lo que se quiere.

Quien ha dado más pistas ha sido el comisario europeo de Transportes, Siim Kallas, ya que corresponde a la Comisión elaborar el informe previo para que los ministros del ramo tomen una decisión en junio, todavía bajo presidencia española de la UE. En él se detallarán los aspectos jurídicos, de salud y de seguridad. Kallas parece partidario de la instalación de escáneres, a juzgar por sus declaraciones. «No se pueden demonizar las nuevas tecnologías... El terrorismo se adapta y nosotros, también».

El ministro español de Fomento, José Blanco, también está a favor, siempre que sea por consenso de los 27. Se trataría, dijo, de «introducir mecanismos que faciliten la comodidad de los pasajeros, que garanticen su intimidad y que refuercen la seguridad».

En cualquier caso, la Comisión aclara que la implantación de los escáneres no será obligatoria. El ejecutivo europeo planteará sólo la elaboración de una normativa europea para su utilización.

En el Consejo, también se ha hablado de movilidad urbana, sin avanzar en la consecución de un transporte sostenible en las grandes ciudades europeas, donde se concentra el 72 % de la población y donde se genera el 85% del PIB. La congestión, la contaminación y la destrucción del paisaje han empeorado la calidad de vida y, se ha dicho, y «la competitividad futura de las ciudades se juega también en el terreno de la movilidad». euroXpress