Hace siete años que no se registraba una tormenta solar tan fuerte. Una eyección de masa coronal (CME) es una enorme nube de plasma magnetizado por la atmósfera del Sol, la corona, que es lanzada al espacio interplanetario. Entre dos y seis días después de ser eyectada desde el Sol llega a la Tierra donde puede producir tormentas geomagnéticas.
La llamarada que llegó este lunes a la Tierra es la más fuerte desde 2005 aunque no provocó graves alteraciones en las redes de telefonía ni se ha podido ver desde aquí. Sí lo ha captado la sonda espacial SOHO, un proyecto conjunto de la ESA y la NASA que estudia el Sol, predice estas tormentas que pueden ser muy perjudiciales para los satélites de comunicación y nos ha permitido ver el fenómeno solar.