La construcción de los corredores Atlántico y Mediterráneo, conectarán a la península ibérica con el resto de Europa, traerán «prosperidad económica» a las zonas afectadas según Bernardo Urrutia, de la dirección general de transportes y movilidad de la UE.
Urrutia ha explicado, en la Representación de la Comisión Europea en Madrid, que España cuenta con dos corredores que cruzan el país y cuya construcción es prioritaria. El objetivo es apoyar las inversiones en infraestructuras y generar crecimiento a corto plazo creando empleo, y a largo plazo, mejorar la calidad y la seguridad del transporte sostenible a lo largo de la Unión Europea.
El corredor Mediterráneo establecerá una red ferroviaria entre Algeciras, Madrid, Sevilla, Antequera, Granada, Almería, Murcia, Cartagena, Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona. Sigue con un tramo transfronterizo que incluye el acondicionamiento de la vía existente entre Barcelona y Perpignan, para conectar con el sur de Francia y continuar por Marsella y Lyon hasta el norte de Italia, Eslovenia. Un ramal cruzará Croacia para llegar a Hungría y la frontera con Ucrania.
Este corredor incluye ferrocarril, carretera, aeropuertos y puertos.
En cuanto al corredor del Atlántico, parte desde Portugal, estableciendo redes de comunicación por tren entre Lisboa y Madrid, uniendo Aveiro, Salamanca y Medina del Campo. Otro ramal va hacia la zona norte de la península uniendo Bergara, San Sebastián y Bayona. El corredor continúa con un enlace a Le Havre y Rouen a París y hacia el este hasta Mannheim y Estrasburgo.
Todas estas conexiones también renovarán y adaptaran los tramos ya existentes pertenecientes a la red básica de transportes. Incluye vías ferroviarias, carreteras, aeropuertos, puertos y vías fluviales.
Urrutia ha hecho hincapié en que estos proyectos se materializarán ya que los mapas de esta red de transportes «forman parte de la legislación y los países están obligados a implementarlos».
Además, la construcción de estas redes que aparecen en los mapas es prioritaria, por lo que se concentrarán en ellas todos los recursos económicos necesarios para llevar a cabo las infraestructuras. La forma en la que se ha diseñado esta iniciativa acabará con autopistas que «no van a ninguna parte y aeropuertos que no se usan».
Por otro lado, también ha insistido en que cada país no tiene una cantidad asignada previamente, sino que se hará en función de los proyectos que presente cada Estado miembro. Después de haberse validado el proyecto y haber sido refrendado por la Comisión Europea, se entregará el 40% de la cofinanciación europea en menos de 30 días. Sobre el mes de septiembre de 2015.
En caso de que los países perciban ayudas y no desarrollen los proyectos, Urrutia ha sido tajante: «se aplicará el 'coste de oportunidad', habrá una decisión dura, la voluntad de la comisión es firme». Por lo tanto, si los fondos destinados no se usan no se quedarán retenidos, sino que se destinarán a otros proyectos.
Estos corredores contribuirán a la creación de una red inteligente de autovías conectadas para luchar contra la siniestralidad y reducir las emisiones. «Nuestro objetivo para 2020 es preparar un vehículo que esté conectado con las autovías y para ello son necesarias unas infraestructuras inteligentes. Será una buena oportunidad para universidades y empresas de I+D», ha concluido Urrutia.