Muchos consumidores europeos son potencialmente vulnerables al fraude, la estafa o la venta forzada y no son conscientes de su potencial como compradores. Una encuesta de la UE que se ha conocido hoy con ocasión de la Cumbre Europea del Consumidor 2011, muestra que más de uno de cada cinco de los encuestados dice haber tenido un problema lo suficientemente importante como para reclamar.
Sin embargo las personas mayores o con un nivel de formación más bajo son más reacias a buscar una compensación, aunque son las más expuestas a tener problemas. Conocer las competencias, la concienciación, y la seguridad en sí mismos de los consumidores es importante para desarrollar mejores políticas en la UE y en los Estados miembros.
La UE estima que los perjuicios que se causan a los consumidores por una mala venta asciende a cerca de un 0,4% del PIB. Muchos tienen problemas con los cálculos simples, solo un 45% de los encuestados supo contestar correctamente a tres preguntas relacionadas con el consumo. Dos de cada diez no fueron capaces de elegir la oferta más barata de un televisor de pantalla plana. Solo el 58% pudo leer correctamente una etiqueta con los ingredientes del producto. Solo el 2% reconoció cinco logotipos corrientes de información al público. El 33% creía que CE significaba «Fabricado en Europa», y solo un 25% sabía que lo que quiere decir en realidad es que el producto «es conforme a la legislación de la UE». Muchos no conocían ninguna asociación de consumidores de su país.
En cuanto a sus derechos la mayoría los desconoce. Como que el producto defectuoso debe ser reparado o sustituído, o reembolsado en un plazo de 24 meses a partir de la fecha de adquisición. Que pueden cancelar en un plazo de catorce días un contrato de servicios financieros hecho por Internet si cambia de opinión o encuentra una oferta mejor, o que tienen derecho a cancelar un contrato hecho por un vendedor a domicilio.
Los españoles están entre los europeos que más gastan en compras por Internet, servicios postales o por teléfono. Un 26% de los que han contestado la encuesta reconoce haber gastado más de 1000 euros en compras por estas vías en el último año. Solo los polacos y daneses los superan. Aunque hacen las compras más caras, no son muchos los que las hacen. España es el noveno país de la UE que menos compra en la red.
La Comisión Europa ve con preocupación la falta de conocimiento de sus derechos como consumidores que tienen los ciudadanos de la UE. Aunque la mayoría de los consumidores comunica sus quejas a los minoristas, la mayor parte, no están dispuestos a emprender acciones aunque la respuesta que reciban no sea satisfactoria. Eso hace que sean especialmente vulnerables al fraude, la estafa o la venta forzada, el comisario de Salud y Política de Consumidores, John Dalli, ha dicho que «habrá que tener en cuenta estos resultados si queremos ayudar a los consumidores en un mercado cada vez más complejo, en el que el consumidor se enfrenta a un exceso de información».