Según resultados todavía parciales de las elecciones suecas celebradas este domingo, el centro-derecha volverá a gobernar en Suecia. La alianza de moderados, liberales, democristianos y centristas ha conseguido un 49% de los votos y roza la mayoría absoluta. El bloque compuesto por socialdemócratas, verdes e izquierda se queda en el 43%.
El actual primer ministro, Fredrik Reinfeldt, ha sabido sacar partido a una política económica que ha permitido sortear la crisis mucho mejor que a sus socios de la UE con bajadas de impuestos, control del déficit y un paro relativamente bajo. Es la primera vez que los conservadores consiguen un segundo mandato consecutivo.
Según los analistas, la izquierda ha llegado a estos comicios con un discurso tradicional de defensa del Estado del Bienestar que, esta vez tampoco ha conseguido convencer a los electores, y una líder, Mona Sahlin, con poco carisma y liderazgo. Los socialdemócratas han tenido su peor resultado desde hace casi un siglo y el bloque de izquierda aumenta su desventaja sobre los ganadores de dos a seis puntos.
El partido de extrema derecha Demócratas de Suecia, dirigido por el joven Jimmie Aakesson, con el mensaje de poner fin a la inmigración, superaría ampliamente el 4% necesario para entrar en el Parlamento, con el 6,2% de los votos y puede tener un papel decisivo en el futuro Parlamento.
Aunque las dos coaliciones mayoritarias han repetido en la campaña que no pactarían con la ultraderecha, sus votos puntualmente pueden ser necesarios para el gobierno. euroXpress