El jefe del gobierno checo, Jan Fischer, ha declarado que su país está dispuesto a negociar con la Unión Europea una salida para que el presidente Vaclav Klaus firme el Tratado de Lisboa y así pueda entrar en vigor. Su firma es la única que falta en el documento.
Fischer reconoce que hacer una excepción directa con Praga en el Tratado sería imposible porque exigiría una nueva ratificación por parte de los otros 26 jefes de Estado de la UE, pero avanza fórmulas.
Cree que debería ser fácil conseguir una declaración de los líderes europeos que recoja las aspiraciones de Klaus, como se hizo con Irlanda para facilitar el sí en el referéndum. Entonces se añadieron al Tratado garantías de que la UE no vulneraría la neutralidad irlandesa, la legislación impositiva y sobre otros asuntos, como el aborto.
El premier checo entiende que se puede encontrar un método para añadir al Tratado la exigencia de Klaus, una excepción a la Carta de Derechos fundamentales, como ya tienen Reino Unido y Polonia, para evitar que la República Checa tenga que someterse a las exigencias de devolución de los ciudadanos expulsados del país tras la Segunda Guerra Mundial.
A cambio, el gobierno checo da garantías de que Klaus ratificaría el Tratado sin más retrasos. Está previsto que Fischer y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, estudien hoy esta salida a la crisis que podrían ratificar los 27 en la cumbre que celebrarán el 29 y 30 de octubre. euroXpress