El encuentro ha tratado los temas candentes de la UE: economía, austeridad, crisis del euro, desempleo juvenil, la desafección política, el euroscepticismo, la inmigración, y la política exterior. Todos han intentado liderar un debate cuyos mayores aplausos se los ha llevado Guy Verhofstad, aunque también Schulz y, en algunos momentos, Keller. El gran ausente de la velada ha sido un Juncker incómodo, más confortable como Presidente del Eurogrupo entre pasillos con moqueta y despachos a puerta cerrada. El candidato del Partido Popular Europeo ha intentado desmarcarse de sus acciones a favor de la austeridad, pero se le ha visto dubitativo y alejado de una Europa más próxima a los ciudadanos.
El debate, retransmitido en directo por el canal Euronews ha contado con sus periodistas estrella, Isabelle Kumar y Chris Burns, quienes no han escatimado preguntas directas que han hecho sonrojar a algún candidato, aunque también los ciudadanos a través de las redes sociales, Facebook y Twitter podían participar, así como 700 estudiantes congregados en el recinto.
Una de las primeras preguntas de Kumar, dirigida a la joven líder de los Verdes, Ska Keller, de 32 años, fue justamente su edad y «su posible falta de experiencia», algo que el Presidente saliente de la Eurocámara, Martin Schulz ha recriminado: «Estamos aquí para debatir sobre Europa, no sobre la edad de los candidatos», ha afirmado.
El que más ha reiterado el papel de valedor de la soberanía popular ha sido Schulz, quien ha repetido en varias ocasiones que quiere ser «el primer Presidente de la Comisión, resultado del voto de los ciudadanos», tal y como indica, aunque muy ambiguamente, el Tratado de Lisboa. Según Verhofstad, si el reglamento no se cumpliera «seria el fin de la democracia europea».
La inmigración ha sido donde Keller ha brillado afirmando que «Europa puede hacer más» para conceder asilo a los refugiados, en especial los provenientes de Siria. Y ha recordado que en Líbano viven más de un millón de personas que han huido de la guerra, y en toda Europa, sólo hay poco más de 12.000. Por otra parte, los partidos de extrema derecha han sido fuertemente criticados. Juncker ha negado cualquier futura alianza con partidos xenófobos y/o euroscépticos.
Sin embargo, Verhofstad ha criticado que miembros del PPE sí han hecho declaraciones poco adecuadas, como Berlusconi quien afirmó el pasado sábado que «para los alemanes, los campos de concentración nunca existieron». Juncker ya ha deplorado las palabras de Berlusconi y ha reiterado que «siempre hay personajillos curiosos en todos los grandes grupos».
Y la política exterior, claramente marcada por Ucrania, ha sido el punto en discordia entre Verhofstad y Schulz. Este último cree que con el diálogo, ante todo, se puede hacer retroceder a Putin. Verhofstad, más enérgico que Schulz, le ha espetado que su discurso es «demasiado naif». Juncker, durante el cruce de palabras, ha seguido, no obstante, ausente. Todos los candidatos han asegurado que no creen posible que Ucrania pueda ser un Estado miembro a corto plazo, tras la pregunta de un ciudadano que ha utilizado la red social Facebook.
En un ambiente más relajado, tras la última pausa, los candidatos han resumido por qué deben ser elegidos por los ciudadanos. De nuevo, el más aplaudido ha sido el ex primer ministro belga, Verhofstad, quien aspira a ser como «Jacques Delors», expresidente del Ejecutivo comunitario, considerado uno de los mejores políticos europeos y un personaje clave en la creación de la actual Unión Europea. Schulz por su parte, ha asegurado que quiere ser el Presidente elegido por los ciudadanos. En la misma línea se ha mostrado Ska Keller, quien aspira a ser una líder que se preocupa por la población. Juncker ha mantenido la línea sobria de los noventa minutos anteriores, y ha reiterado su compromiso con la mejora de la economía.
El próximo debate tendrá lugar el 15 de mayo, poco más de una semana antes de las elecciones, donde según las encuestas, la llave a la hora de dibujar el nuevo reparto parece que reside en los liberales: el PPE obtendría el 28,36% de los votos, el grupo socialista el 27,83% y ALDE el 8,12%.
Desde las primeras elecciones europeas, la participación ha ido disminuyendo desde el 61% en 1979 al 43% en el 2009. Queda menos de un mes para dibujar un nuevo hemiciclo, y quién sabe si una nueva forma de hacer política en Europa.