La realidad es que es muy posible que nunca se pueda confirmar con análisis bacteriológicos el origen de la infección. Pero el número de personas que enferman ha disminuído y aunque aumenta el de fallecidos se debe a los que ya estaban hospitalizados. El portavoz de Salud y protección del Consumidor de la Comisión Europea, Frédéric Vincent, cree que es un respiro importante que los brotes de leguminosas sean los causantes "Quedan aspectos por confirmar, pero parece que vemos la luz al final del túnel", ha dicho.
Alemania, ha reconocido que en ninguna de las mil muestras que se han analizado se ha encontrado rastro de la bacteria, aunque se han basado en la evidencia científica para señalar a los brotes de soja. El jefe del Instituto Robert Koch, Reinhard Burger, ha dicho que las personas que consumieron los brotes eran nueve veces más propensas a desarrollar la variante más virulenta de la enfermedad que los que no lo hicieron. No obstante el brote no ha terminado, la enfermedad comienza con síntomas estomacales que pueden derivar en el síndrome hemolítico urémico (SHU) que destruye los glóbulos rojos y causa graves problemas renales. Todavía quedan muchas personas en los hospitales y no se conoce la evolución que van a seguir.
Los brotes de soja no han sido exportados a ningún otros país de la UE y solamente se han consumido en Alemania. El Gobierno alemán ha comunicado oficialmente al español que "no existe ninguna recomendación negativa" para las verduras españolas. La última advertencia que queda abierta es la de no consumir brotes crudos hasta nuevo aviso.
En Alemania, se continúa defendiendo la alarma del pasado 25 de mayo que hizo que se desplomara la venta de verduras españolas. Según el ministro de Sanidad, Daniel Bahr, la advertencia fue "correcta" ya que hizo que no se produjeran más casos, "ya que habitualmente los brotes se consumen en las ensaladas".