Los alcaldes europeos comprometidos en la lucha contra el cambio climático

Más de 500 alcaldes europeos, entre los que hay un centenar de españoles, se han sumado al Pacto de Alcaldes que ya agrupa a más de 1.500 en la UE y de más allá del continente, en total 36 países representan a 120 millones de ciudadanos.

Al suscribir el Pacto se comprometen a ahorrar energía, fomentar las energías renovables y a organizar campañas de información entre sus ciudadanos.

La firma del Pacto de Alcaldes ha tenido lugar en Bruselas en presencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, del presidente del Parlamento europeo, Jerzy Buzek y el presidente de la Comisión europea José Manuel Durao Barroso entre otras personalidades.

Alcaldes europeos y delante Valcarcel, Zapatero, Barroso y Buzek
Ramón Luis Valcarcel, vicepresidente del Comité de las Regiones, José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno español, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comiión Europea, Jerzy Buzek, presidente del Parlamento Europeo/Foto:CE

El Pacto de los Alcaldes es una iniciativa de la Comisión Europea, que se ha convertido en una pieza clave de la política de energía sostenible de la UE. La mitigación del cambio climático depende en gran medida de la gestión de los Ayuntamientos y de la concienciación de los ciudadanos.

Los 500 alcaldes que se han sumado al pacto se comprometen a reducir sus emisiones de CO2 en más de un 20% de aquí a 2020. Para ello deberán analizar y cuantificar sus emisiones actuales de CO2, indicar las medidas que se proponen aplicar para alcanzar el objetivo fijado y evaluar sus actuaciones. Además se comprometen a organizar campañas informativas entre sus ciudadanos y a intercambiar las mejores prácticas.

Más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero se producen en las ciudades. Un 80% de la población vive y trabaja en el medio urbano, donde también se registra el 80% del consumo de energía

Muchas ciudades han tomado ya serias medidas, Heidelberg, por ejemplo, ha reducido en casi un 40% las emisiones de los edificios públicos mediante la instalación de estaciones de control de energía. En Riga se utiliza el gas metano producido en su vertedero para generar electricidad.