La suspensión de la actividad del Liceo será entre mediados de marzo a mediados de abril y de mediados de junio a mediados de julio, meses en los que el teatro tiene menos ocupación. El teatro barcelonés anuncia en un comunicado que debe tomar estas medidas para adaptarse a la «coyuntura actual» y poder continuar con la programación propia.
El Liceo tiene un déficit de 3,7 millones de euros debido a la disminución de «las subvenciones de las instituciones públicas, del mecenazgo y de los ingresos propios». El número de funciones será entre 80 a 100, en lugar de las 100 a 120 de las últimas temporadas.
El teatro del Liceo fue inaugurado en 1847 impulsado por la sociedad civil y así continuó hasta 1980 en que se constituyó el Consorcio del Gran Teatro del Liceo, en el que participan en la actualidad la Generalidad de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, la Sociedad del Gran Teatro del Liceo, la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura.
Ha sufrido dos incendios que lo destruyeron totalmente, el primero en 1861 que obligó a que permaneciera cerrado durante un año, el segundo en 1994. Tras la reconstrucción que respetó la decoración pero que añadió considerables mejoras tecnológicas se convirtió en uno de los teatros más modernos del mundo.
La gran soprano Monserrat Caballé recordaba, en el homenaje que el Liceo le rindió en el cincuenta aniversario de su debut allí, cómo cuando tenía ocho años y estudiaba en el conservatorio del teatro soñaba con actuar en su escenario algún día.