En Londres ha llegado el tiempo de la fiesta. 40 equipos de música se encargan de poner ritmo, música y baile al desfile de colores, imaginación y exotismo. Notting Hill, no tiene nada que envidiar a Río de Janeiro. No en vano está considerado como el segundo carnaval más importante y multitudinario del mundo. El domingo son los niños los que celebran la fiesta, el lunes, festivo en el Reino Unido, son los mayores los que se apoderan de las calles de este barrio londinense.
Este año se espera que sea un carnaval muy diferente al que se celebró el año pasado, pocos días después de los peores disturbios que vivió Londres en los últimos años. En aquella ocasión, la fiesta fue una prueba de fuego para los organizadores. Este año el carnaval de la diversidad cultural, se celebra en medio de la euforia olímpica.
A pesar de eso, la policía ha detenido en las últimas horas a 27 personas. Para el responsable de la seguridad, Bob Broadhurst, «teniendo en cuenta que más de un millón de personas participan en este acontecimiento cultural, los índices de delincuencia son mínimos». Unos 12.000 policías patrullarán por la zona y los participantes también tienen que someterse a escáneres policiales para evitar que alguien pase armas, quieren evitar lo que ocurrió el año pasado cuando un hombre murió apuñalado. Los responsables aseguran que «lo que queremos es que decenas de miles de personas puedan disfrutar de este acontecimiento sin que se tengan que preocupar de la delincuencia». En la organización de este certamen popular participan unos 40.000 voluntarios.
El carnaval cumple en esta edición 48 años y aunque destaca el ambiente festivo matiene un aspecto reivindicativo recordando que en 1965 los inmigrantes afrocaribeños londinenses lo organizaron en protesta por una oleada de ataques racistas. Aunque en muchas ediciones ha estado marcado por altercados y disturbios, este año se espera que su celebración sea una gran fiesta popular.