Por Aubry Touriel
El antiguo tigre báltico entrará en la eurozona el 1 de enero de 2015. ¿Cómo se está preparando Lituania para la llegada del euro? ¿Qué opinan los lituanos de este nuevo cambio de moneda?
Inflación, desarrollo económico, pérdida de identidad, apertura al mercado europeo... en todo esto piensan los lituanos cuando se habla de la adopción del euro. En Lituania, el euro entra oficialmente en circulación el 1 de enero de 2015. Aun así, hemos podido pagar varias veces en euros en el mercado de Kaunas, la segunda ciudad del país. El vendedor de miel los ha aceptado sin rechistar, después de sacar la calculadora para darnos el importe exacto: 2,30 euros por 8 litas [la moneda actual de Lituania]. Por su parte, la vendedora de setas responde: «Según cuánto me compréis».
La vendedora de hortalizas afirma que el director del mercado le ha explicado que ya se podía pagar en euros. Sin embargo, él asegura que no pueden utilizarse euros en el mercado hasta el 1 de enero. Vamos, que no siempre se sigue la teoría...
Los bancos también se preparan para el cambio. En las principales oficinas de Kaunas ya hay instalados cajeros automáticos adaptados al euro. En los pueblos, se celebran sesiones informativas organizadas por el gobierno y el Banco de Lituania. Por último, durante seis meses un autobús temático recorre de punta a punta el país para responder las preguntas de los lituanos.
Se ha creado una página web específica con todos los datos prácticos y teóricos sobre el euro. Es decir, la información abunda y los lituanos no tienen más que tomar nota. «Aunque no veo la televisión ni escucho la radio, ya he recibido bastante información a través de mi entorno», explica un estudiante de 23 años. En una entrevista a pie de calle, ninguna de los diez entrevistados se ha equivocado al dar el tipo de cambio (3,4528 litas por euro).
La confianza no termina de instalarse
Los lituanos se caracterizan por su encomiable paciencia; el cambio de moneda no es nada novedoso para ellos: en casi 25 años, han tenido cuatro monedas distintas: el rublo (1940-1991), el talonas (1991-1993), la litas (1993-2014) y el euro (a partir de 2015).
Según el Eurobarómetro de junio pasado, el 35 % de los lituanos piensa que, en su ámbito personal, la entrada de la moneda única será positiva, mientras que el 44 % opina lo contrario. «Necesitamos pruebas; con euros en la mano, se consolidará la confianza de los lituanos», señalan Rytis Krušinskas y Daiva Dumčiuvienė, profesores de la Universidad Tecnológica de Kaunas (KTU). Un transeúnte de 50 años piensa que ventajas e inconvenientes llegarán a partes iguales: «Por un lado, podremos viajar a otros países europeos sin cambiar de moneda; por otro, las personas mayores necesitarán tiempo para adaptarse al cambio».
También preocupa la inflación: «Lo que más temen los lituanos es que los precios se disparen, pero desde el Banco de Lituania intentamos explicar que es posible que los precios suban un poco, pero no de forma considerable», indica Marius Skuodis, especialista en asuntos europeos del Banco de Lituania.
También está la cuestión identitaria. El litas se acuñó por primera vez en 1922 y se utilizó hasta la Segunda Guerra Mundial. Lo que abandonan los lituanos el 1 de enero de 2015 es, por tanto, su moneda nacional, símbolo de la liberación del yugo soviético.
Hay que mencionar asimismo un malestar identitario que surge hablando con los vecinos de Kaunas: el sentimiento de inferioridad que reina en la ciudad respecto de la actual capital del país, Vilna. En la sucursal del Banco Central en Kaunas nos han remitido a las oficinas de Vilna para contestar a nuestras preguntas. Incluso en los medios de comunicación, los expertos consultados proceden de Vilna, desdeñándose así la importancia de Kaunas, capital de Lituania entre 1920 y 1939.
¿Cómo se realizará el cambio?
Durante las dos primeras semanas, los comercios aceptarán tanto euros como litas y hasta el 30 de junio de 2015 se podrán cambiar litas por euros en más de 700 oficinas repartidas por el país. El Banco Central Europeo ha publicado una infografía en la que se explican todas las etapas.
Según cálculos a largo plazo del Banco de Lituania, el cambio costará casi 600 millones de euros, mientras que, según Marius Skuodis, los beneficios pueden alcanzar los 11.600 millones de euros. Rytis Krušinskas, por su parte, plantea la cuestión de la pervivencia del euro: «Si alguno de los grandes países de la eurozona decide abandonarlo, esto puede desmoronarse como un castillo de naipes».
El gobierno, los ayuntamientos y las asociaciones de empresarios han firmado un mémorandum de buenas prácticas en el que se comprometen a no aprovecharse del cambio para subir los precios.
Tras años de recortes en pensiones, salarios y prestaciones por desempleo, el gobierno ha decidido aprovechar la adopción del euro para aumentar el salario mínimo de 1.000 litas (290 euros) a 300 euros.
El cambio de moneda también podría servir para controlar la llegada de dinero procedente del mercado negro. «Los bancos se han comprometido a publicar los nombres de quienes quieran cambiar en euros más de 20.000 litas (casi 5.800 euros)», explica Rytis Krušinskas. Sin embargo, este compromiso no viene impuesto por la ley. «Algunos se trasladan a poblaciones pequeñas para intentar cambiar euros de forma ilegal. Pueden producirse actos delictivos y estafas», añade el profesor de la KTU. De ahí la importancia de informar a todas las capas de la sociedad.
* Este artículo forma parte de una edición especial dedicada a Kaunas y realizada en el marco del proyecto EU In Motion, impulsado por Cafébabel con el apoyo del Parlamento Europeo y la Fundación Hippocrène.
Traducción Javier Vílchez Chaparro