La tasa de inflación media lituana está situada en el 0,6 por ciento, por debajo del valor de referencia del 1,7 por ciento; y el déficit presupuestario marca el 2,1 por ciento del PIB en 2013, es decir, también por debajo del valor de referencia del 3 por ciento, según informa el Parlamento en una nota. Mientras, la deuda pública de Lituania es del 39,4 por ciento del PIB, estando la referencia en el 60 por ciento.
Mientras que la Comisión Europea, estima que Lituania será el segundo país de la UE que más crezca este año con un 3,3 por ciento, sólo por detrás de Letonia (3,8 por ciento), otras fuentes alertan de que el PIB se verá debilitado este año por las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania (ha sufrido un descenso de los intercambios comerciales), según previsiones del Danske Bank.
El Banco Central Europeo ha certificado que Lituania cumple con todos los criterios de convergencia establecidos en el Tratado: alto grado de estabilidad de precios, finanzas públicas sostenibles, respeto de los márgenes normales de fluctuación de los tipos de cambio del Sistema Monetario Europeo y el carácter duradero de la convergencia conseguida por el Estado. El informe del Banco, así como otro de la Comisión Europea, apuntan que el país cumple plenamente los criterios.
Ante estos datos, los eurodiputados han aprobado la adhesión del país con 545 votos a favor, 116 en contra y 34 abstenciones. Tras este segundo trámite de aprobación, es el turno del Ecofin, que agrupa a todos los titulares de Economía y Finanzas de la Unión Europea, y que tras la recomendación positiva del Parlamento está previsto que también de su sí. Luego llegará el turno de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, por lo que está previsto que la aprobación definitiva se tome el próximo 23 de julio.
El primer trámite tuvo lugar el pasado 27 de junio cuando el Consejo Europeo aprobó la propuesta de la Comisión para que Lituania adopte el euro como moneda; y saludó al país por el «grado de convergencia logrado, basado en políticas económicas, presupuestarias y financieras sólidas». Con casi toda seguridad, Lituania participará en septiembre en el Eurogrupo con el estatus de país observador hasta su entrada definitiva en enero.
Con la incorporación de Lituania, ya serán 19 los países que integren una zona euro debilitada en los últimos años. Los últimos en incorporarse han sido Letonia (2014), Estonia (2011), Eslovaquia (2009), Chipre y Malta (2008) y Eslovénia (2007). Grecia, cuya posible salida ha sido un tema muy abordado, entró en la moneda única en 2001. El resto de países que la integran -Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal- entraron juntos en bloque en 1999, aunque el euro empezó a circular en 2002.
Lituania ya intentó formar parte de la zona euro en 2006, cuando se dio el visto bueno a la entrada de Eslovenia materializada un año después. La alta tasa de inflación de entonces fue la razón que motivó la negativa. Más allá de Reino Unido y Dinamarca que no quieren participar del euro, aún existen siete Estados miembros de la UE -Bulgaria, República Checa, Croacia, Hungría, Polonia, Rumanía y Suecia- que no cumplen los criterios. Hasta 2016 no habrá una nueva valoración para una futura adhesión de alguno de estos países.
Una zona euro debilitada
Lituania entrará a formar parte de la zona euro en uno de los momentos más complicados, por la debilidad financiera así como los problemas internos surgidos entre los países debido al rescate económico sufrido por estados como Portugal e Irlanda. A pesar de algunos datos positivos en los últimos meses, el Fondo Monetario Internacional acaba de afirmar que la recuperación es aún «débil y desigual» en la eurozona, y ha insistido en la necesidad de que el Banco Central Europeo lance un programa de compra de bonos. La baja inflación sigue siendo el principal problema de las cifras macroeconómicas, así como el escaso margen de déficits para determinadas economías que necesitan la reducción de las altas tasas de desempleo, como es el caso de España.