«Una solución verdaderamente europea en interés de los consumidores europeos» es lo que van a buscar esta semana en Bruselas para poder llevar a cabo esa ingente tarea que representa Europeana, la biblioteca digital europea. Hasta ahora está digitalizado solamente el 1 por ciento de los libros de las bibliotecas nacionales europeas. Así, que como reconocen en un comunicado conjunto los comisarios de la Sociedad de la Información, Viviane Reding y el de Mercado Interior Charlie McCreevy «queda una enorme tarea que relizar». La principal preocupación es que se respeten los derechos de autor y que estos reciban una remuneración justa.
En estos momentos la legislación relativa a los derechos de autor no permite el acceso de todos los europeos por igual a la digitalización. No se puede olvidar el problema de los libros descatalogados o huérfanos, obras de un autor que no se puede encontrar y cuya editorial ha desaparecido, representan más del diez por ciento de las colecciones de las bibliotecas europeas y es importante que salgan de la sombra.
La Comisión Europea está debatiendo con todas las partes interesadas para poder llevar al Parlamento y al Consejo propuestas para la modernización del sistema europeo de derechos de autor
El ejemplo de Google
Dan Clancy, artífice del programa Google Books, ha defendido su proyecto en Bruselas ante la Comisión diciendo que «haría más democrático el acceso a la información en la Red».
La compañía informática llegó a un acuerdo en Estados Unidos con grupos de autores y editores para digitalizar libros que está siendo muy criticado y examinado por el Departamento de justicia porque no dice la cantidad que Google podría cobrar a las bibliotecas por un servicio que probablemente se convierta en imprescindible. En cuanto a los autores recibirán el 63 por ciento de los derechos de autor, el 37 por ciento restante se lo queda Google.