La evolución de este mercado preocupa. En Madrid termina este miércoles un seminario europeo La Digitalización del material cultural. Bibliotecas digitales y Derechos de Autor, en el que responsables de diferentes entidades culturales están evidenciado la necesidad de poner en marcha nuevos modelos de lectura y han reclamado medidas legales que protejan los derechos de los creadores.
Según un informe del ministerio de Cultura sobre el libro electrónico, en 2009 ha habido un crecimiento de la edición digital en España de un 48% respecto al año anterior. Aunque autores, lectores, libreros, distribuidores y, sobre todo editores «están afrontando este proceso de cambio con cierta cautela» debido por un lado, a la inexistencia de un marco legal específico y por otro a la ausencia de un modelo de negocio definido.
Pero la forma de leer está cambiando y la industria debe asumirlo. Javier Celaya, fundador de la revista dosdoce.com, advirtió de que es insostenible mantener el libro tal y como ha sido hasta aquí y que la clave del negocio digital está en el boca a boca de las redes sociales.
Ya se han emprendido grandes proyectos de digitalización, además de Google Books o su competidor Open Books está Europeana, la gran biblioteca electrónica europea o el proyecto ENCLAVE al que se han sumado unos 200 editores españoles. Este fondo de libros dispone de 1.300 obras sujetas a derechos de autor que se pueden consultar y comprar a través de la Biblioteca Digital Hispánica (BDH). Por su parte la Biblioteca Nacional de España ha firmado un acuerdo de patrocinio con Telefónica para digitalizar 200.000 obras hasta 2013, de las que unas 30.000 ya están disponibles.
Aunque uno de los mayores problemas es cómo gestionar los derechos de los autores y los libros huérfanos, aquellos cuyo autor ha desaparecido y no se conoce a quien corresponden los derechos. Santiago de la Mora, director de Google Books, habló de la necesidad de alcanzar «alianzas estratégicas» con las bibliotecas de cada país y con los editores.
La representante del Parlamento Europeo, Marielle Gallo propuso la puesta en marcha de políticas conjuntas de la UE. Peter Brantley de Open Book, se refirió al pago de libros en función de su lectura, algo así como una compra a plazos a medida que se vaya leyendo «no se pagará por un contenido en un formato cerrado al que se accede por medio de una empresa, sino una red de libros a los que se podrá llegar con una conexión a internet».
Otro problema es el de las descargas ilegales que en España afecta, sobre todo, al libro universitario. Eso hace que está a la cabeza de los países con más descargas ilegales de contenidos culturales.