El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha hecho un llamamiento para superar el asistencialismo y ha pedido una auténtica cooperación entre Europa y Latinoamérica. «Esta cumbre no es solo útil, es necesaria; no solo es oportuna, es urgente», ha dicho el mandatario durante la inauguración de la cumbre Celac-UE, que se celebra en Santiago. La UE le ha pedido a los gobiernos de esa región que «frenen el proteccionismo y promuevan la liberalización».
El presidente de la Comisión ha dicho que «es fundamental garantizar un marco jurídico transparente y estable que respete las normas internacionales y evite la arbitrariedad». También la canciller Angela Merkel, ha pedido una «cooperación sin barreras al comercio». Una clara referencia a Venezuela, Argentina y Bolivia, que recientemente han expropiado empresas europeas. Precisamente Caracas, ha exigido en la cumbre que se mencione claramente el derecho de los Estados a las expropiaciones.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha añadido que «ambas regiones se necesitan mutuamente. En América Latina tenemos energía, capacidad para aumentar la producción de alimentos, y recursos de todo tipo (...), pero necesitamos tecnología y otras cosas de Europa».
En el discurso de apertura de la cumbre el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso ha dicho que «la crisis global y sus ramificaciones, que nos han afectado a todos, han puesto de manifiesto que ninguna región puede prosperar a expensas de otra, como tampoco puede permanecer inmune a la suerte que corran otras». Y ha hecho un repaso a las diferencias entre la situación económica de Europa y América Latina. «Actualmente, la UE y la CELAC se encuentran en momentos diferentes del ciclo económico. Por una parte Europa, (...) refuerza la gobernanza económica de su moneda común y relanza su competitividad sobre bases más sólidas; una acción que empieza a dar frutos, aunque con un crecimiento todavía marginal en 2013».
Por otra parte, ha dicho Barroso, la CELAC «sigue un crecimiento más fuerte pero se enfrenta a otros problemas como la desigualdad social o los riesgos medioambientales».