Las trabajadoras domésticas sin papeles son especialmente vulnerables a los abusos

El trabajo en el servicio doméstico en la UE suele estar realizado por mujeres que a menudo son inmigrantes en situación irregular lo que hace que estén expuestas a diferentes formas de abuso difícilmente demostrables o que no llegan a ser denunciados por miedo a la deportación.

unas manos con guantes de goma lavan verdura
Foto:CC

La Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) acaba de publicar la primera parte de un informe sobre las empleadas domésticas en la Unión Europea. Entre las formas de explotación más frecuentes hacia estas mujeres que, por lo general son ilegales, están los bajos salarios, la falta de seguro médico, cobertura de accidentes o baja por enfermedad factores que atentan contra los convenios laborales europeos. Las conclusiones del informe indican que esta situación la facilita el hecho de que el trabajo doméstico suele estar menos sujeto que otros a inspecciones. Al realizarse dentro del ámbito doméstico no es fácil encontrar testigos que verifiquen la posible denuncia y las trabajadoras están expuestas además a violencia de género física y sexual o a la discriminación racial.

«Una vez que una persona está en el país y ha sido empleada a pesar de su situación irregular, las normas básicas del derecho laboral y los derechos humanos deben aplicarse» ha dicho el director de la FRA, el danés Morten Kjaerum.

El miedo a la repatriación, deportación o al despido hace que las víctimas soporten estas situaciones injustas. Si están enfermas no pueden acudir al medico por falta de seguro asistencial, Continúan trabajando a pesar de sentirse mal por lo que terminan con lesiones crónicas o discapacidad permanente. La Agencia europea pone a España como ejemplo de buenas prácticas por ofrecer asistencia sanitaria sin necesidad de acreditar residencia legal y por haber regulado un marco laboral para los empleados domésticos.

No es posible saber la cantidad de personas que se encuentran en esta situación en Europa. La única cifra que se conoce es la de las personas trabajadoras del servicio doméstico que se han regularizado desde 2002 en Italia y España, que es de unas 500.000..