Las autoridades europeas que tienen competencia para vigilar a los bancos se han andado esta vez con pies de plomo en la evaluación de los 130 bancos de la zona euro, 15 de ellos españoles. En las tres pruebas de estrés anteriores llevadas a cabo por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) no fueron capaces de encontrar los puntos débiles de algunos bancos.
La primera vez, en 2010, dos meses después de terminar la evaluación, Irlanda tuvo que pedir el rescate. En la segunda, en 2011, no vieron los problemas de las Cajas de Ahorro españolas que tuvieron que ser rescatadas ni las de la banca de Chipre poco después.
Esta vez han asegurado a la prensa el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, y la encargada de la supervisión del BCE, Danièle Nouy, que el ejercicio que se ha hecho de supervisión ha sido exhaustivo, transparente y estricto. Han añadido que los bancos «están más sanos y robustos de lo que muchos analistas habían previsto».
Claro que las pruebas se diseñaron y llevaron a cabo antes de las sanciones a Rusia o de una posible deflación, un nuevo escenario «inimagible» en aquellos momentos, ha dicho Vitor Constancio.
Los bancos que peor han resistido las pruebas de estrés han sido los italianos. Nueve entidades que tenían entre todas un agujero de 9.400 millones de euros. El más problemático es el Monte dei Paschi con un déficit de 2.100 millones de euros. Su capital de calidad es de menos del 0,1 por ciento.
Los bancos griegos, Eurobank Ergasias, National Bank of Greece y Piraeus Bank, tienen un déficit conjunto de 8.700 millones de euros. El agujero de tres entidades de Chipre es de 2.400 millones de euros. Las pruebas de estrés terminaron a finales de 2013, desde entonces una docena de las 25 entidades bancarias en las que se detectaron deficiencias han cubierto su déficit en los primeros meses de este año y no tendrán que adoptar medidas adicionales.
Es el caso del alemán Münchener Hypothekenbank o el francés Caisse de Refinancement de l'Habitat que ya han tapado el agujero de 15.000 millones que presentaban o el español Liberbank, que necesitaba 30 millones de euros y que ha cubierto con 640 millones.
Los bancos que no han aprobado tienen dos semanas de tiempo para presentar sus planes para conseguir capital y hasta julio de 2015 para aplicarlos.
Los países en los que se ha detectado mayor déficit de capital son Italia, 9.700 millones de euros; Grecia, 8.700 millones; Chipre, 2.400 millones; Portugal, 1.100 millones; Irlanda y Austria, 900 millones; Bélgica, 500 millones; Alemania, 200 millones y Francia y Eslovenia 100 millones.
Los bancos que tienen hasta el próximo 4 de noviembre para enviar sus planes de recapitalización son: los griegos Eurobank (1.760 millones), National Bank of Greece (930 millones) y Hellenic Bank (180 millones); los italianos Monte dei Paschi di Siena (2.110 millones), Banca Popolare di Milano (170 millones),Banca Popolare di Vicenza (220 millones) y Banca Carige (810 millones), los eslovenos Nova Ljubljanska Banka (30 millones) y Nova Kreditna Banka Maribor (30 millones); el portugués Banco Comercial Portugués (1.150 millones); el austríaco Oesterreichischer Volksbanken (860 millones); el irlandés Permanent Tsb (850 millones) y el belga Dexia (340 millones).
El valor de los activos de los bancos debe ajustarse en 48.000 millones de euros, de los que 37.000 millones no han generado déficits de capital. El impacto global del ejercicio en la banca europea, sumando el ajuste de 37.000 millones y el déficit de capital de 25.000 millones, asciende a 62.000 millones de euros.
El mayor ajuste lo ha tenido que realizar Italia (12.000 millones), seguida de Grecia (7.600 millones), Alemania (6.700 millones), Francia (5.600 millones), Holanda (3.800 millones) y España y Austria (3.000 millones).
Las pruebas han dejado al descubierto una morosidad oculta de la banca europea de 136.000 millones de euros, que sitúa el total en 879.000 millones. En un escenario de máximo estrés, el nivel de capital de calidad de la banca disminuiría en unos 263.000 millones, cuatro puntos porcentuales menos que lo que se dijo en pruebas anteriores, del 12,4 al 8,3%.
España, Eslovaquia y Malta son de los países donde menos cae la ratio media de capital en un escenario de máximo estrés (2 puntos). Mientras que Eslovenia (15 puntos), Grecia (10 puntos), Chipre (9 puntos), Bélgica (7 puntos), o Irlanda (6 puntos) tienen la máxima caída.
Las entidades examinadas debían alcanzar un porcentaje mínimo de capital de máxima calidad del 8% de sus activos en el escenario normal de los test de estrés, mientras que en el peor escenario debían mantenerse en al menos un 5,5%.
Desde que se anunciaron las pruebas de esfuerzo a los bancos en julio de 2013, las treinta mayores entidades bancarias de la eurozona han aumentado su capital de 60.000 millones de euros a 200.000 millones de euros.