A partir de este miércoles, todas las empresas que operen con derivados extrabursátiles (OTC) están obligadas a registrar sus operaciones a repositorios, una medida que afecta a toda la industria financiera (bancos, aseguradoras, empresas de inversión, gestoras de fondos) y también a las empresas no financieras.
Hasta ahora, las operaciones en el mercado extrabursátil (over-the-counter) se realizaban fuera del ámbito de los mercados organizados, directamente entre las partes. A partir del 12 de febrero, la nueva regulación obliga a que las contrapartes faciliten «un conjunto de datos» a los registros de operaciones (trade repositories), repositorios en los que queda registrada y se almacena toda la información digitalizada.
Una de las novedades más importantes es la identificación obligatoria de quienes tomen parte en este tipo de transacciones financieras. A partir de ahora, las contrapartes deben quedar identificadas, de manera unívoca, mediante el uso de un código conocido como Identificador de Entidad Jurídica (LEI por sus siglas en inglés), de cuya emisión y gestión se encarga el Registro Mercantil.
La medida es un nuevo paso dentro de la reforma del mercado de derivados iniciada en 2012 como consecuencia de las dificultades puestas en evidencia tras la crisis de Lehman Brothers. «El reporting de derivados OTC es uno de los hitos en materia normativa que se ha producido tras la crisis financiera mundial», según Gema Montoya, directora de SWIFT Iberia. Entre los objetivos de la nueva regulación está «dotar de una mayor transparencia a los mercados financieros, y contribuir a la mejora de la evaluación y gestión de los riesgos de carácter sistemático, además de ofrecer una visión más exacta de los riesgos asumidos por cada participante», subraya la directora de la filial para España y Portugal de SWIFT,
la cooperativa bancaria líder en servicios de mensajería financiera segura, que trabaja con todos los repositorios centrales para que sus miembros lleguen a tiempo para cumplir con la nueva regulación.
A quién afecta
La medida afecta a todas las clases de OTC e instrumentos derivados: acciones, bonos, materias primas, swaps o derivados de créditos, incluidos tipos de interés y divisas, excepto divisas al contado. Y la obligación de reporting (registro de operaciones) recae en todas las entidades de la UE que utilizan derivados que cotizan en bolsa o de venta libre: bancos, aseguradoras, empresas de inversión, gestoras de fondos y empresas no financieras, a excepción de los bancos centrales, los gobiernos centrales y entidades públicas del sector.