Las nuevas normas que ya han sido aprobadas por el Parlamento Europeo entrarán en vigor a partir de 2012 y se aplicarán a todos los barcos que estén autorizados a transportar a más de 12 pasajeros, se exceptúan los buques de excursión, turísticos e históricos y los navíos con una tripulación de menos de tres personas o que hagan un servicio en el que recorran una distancia inferior a los 500 metros.
Los cruceros también entran dentro de estas disposiciones, aunque con algunas excepciones como el reembolso en caso de retrasos de más de hora y media. En el caso de un retraso así en el horario de salida, el transportista tendrá que ofrecer una ruta alternativa en condiciones comparables y sin coste adicional o reembolsar el precio del billete, salvo que pueda probar que el retraso se debe a condiciones meteorológicas que hacen peligrosa la navegación o a otras circunstancias extraordinarias.
Si la salida quedara cancelada o retrasada durante varios días, el transportista deberá hacerse cargo del coste del alojamiento hasta un máximo de 80 euros por pasajero y noche.
También se han establecido las cantidades que podrá solicitar el pasajero en casos de retraso en la llegada al destino.
Las navieras no podrán denegar el embarque a ningún pasajero por motivo de salud, discapacidad o movilidad reducida que no tendrán costes adicionales en sus billetes. La empresa ofrecerá ayuda a estos pasajeros que deberán notificar sus necesidades con 48 horas de antelación y presentarse una hora antes en el lugar de embarque.
En cuanto a los barcos se simplifican las formalidades administrativas a la salida de los puertos de los Estados miembros que deberán hacer un formulario estándar y elaborar un programa compartido para que se pueda intercambiar la información de una manera rápida y cómoda entre el barco y la autoridad portuaria.