Las multas, nuevas políticas coercitivas contra los manifestantes

La política de multar a los manifestantes se está extendiendo en varios países, convirtiéndose así en una nueva manera de frenar la libertad de expresión de los ciudadanos y el derecho a manifestar sus opiniones. En España la policía ha impuesto multas a ciudadanos que protestaban ante el Congreso de los Diputados, por no haber pedido autorización. Una política similar en Azerbaiyán pasa las protestas de las calles a facebook.

Foto nocturna de Bakú
Bakú de noche / Foto: PE

La política de multar a las personas que participan en manifestaciones se está extendiendo en varios países, convirtiéndose así en una nueva manera de frenar la libertad de expresión de los ciudadanos y el derecho a manifestar sus opiniones. En España la policía ha impuesto multas a ciudadanos que protestaban ante el Congreso de los Diputados, por no haber pedido autorización. En Azerbaiyán los manifestantes han decidido pasarse a Facebook.

BAKU, (IPS) - Los activistas de la oposición en Azerbaiyán han enfrentado a la policía en las calles y desafiado a la autoridad en tribunales. Ahora, ante el aumento de las multas por participar en manifestaciones no permitidas, recurren a la red social Facebook para transmitir sus mensajes. Una enmienda aprobada el 10 de este mes a la Ley de Libertad de Reunión incrementó casi 80 veces el coste de las sanciones por participar en protestas no autorizadas, pasando de entre nueve y 16 dólares a entre 637 y 1.275 dólares.

Los acusados de organizar esas protestas son condenados con multas mucho mayores que depedenden del presunto rol que tengan en la concentración. El castigo oscilará entre 1.900 y 38.265 dólares. El salario mensual promedio en Azerbaiyán es actualmente de 494 dólares.

Los activistas de la oposición pronostican que los cambios tendrán un efecto escalofriante sobre el debate cívico, y ponen freno a las protestas callejeras no autorizadas. Las nuevas normas sobre las multas entrarán en vigor el 1 de enero de 2013.

Según los funcionarios, los cambios fueron diseñados para garantizar el orden público. Los críticos creen que este es un incentivo adicional de las autoridades para mantener bajo control las manifestaciones públicas de descontento ciudadano ante las elecciones presidenciales de febrero.

Tural Abbasli, presidente de las juventudes del Partido Musavat, en la oposición, recuerda que «la mayoría de nuestros partidarios son jóvenes estudiantes universitarios, que no tienen dinero para pagar ese castigo». El no pago, continua, significará que «el tribunal reclame sus propiedades, lo que será todo un dolor de cabeza para sus familias». Abbasli señaló que se sentiría «muy incómodo» promoviendo acciones callejeras en 2013.

Otros activistas de la oposición coinciden: las nuevas multas implican una mayor precaución a la hora de organizar protestas, dice Hesen Kerimov, presidente del Consejo Supremo del Partido del Frente Popular de Azerbaiyán. «La mayoría de nuestros partidarios están desempleados a causa de sus puntos de vista políticos». Y las capacidades financieras de aquellos que tienen trabajo «no son en absoluto suficientes para pagar» la multa, agrega.

Aunque el ayuntamietno de Baku no permite protestas fuera del centro de la ciudad, los funcionarios les hacen las cosas lo más difíciles posibles a quienes desean participar, según critican los líderes de la oposición. El gobierno de la ciudad de Baku «crea muchos obstáculos, como impedir que la gente camine en dirección al sitio de la protesta (y) crear obstáculos para los taxis», dijo Kerimov, miembro de la Unión Pública, una coalición de varios partidos y simpatizantes de la oposición que suele realizar manifestaciones sin permiso. «No nos dejan otra opción», sentencia.

Como aparentemente se eliminan todas las otras posibilidades de protestar, las redes sociales de Internet, cada vez más populares en el país en materia de debate político, son la única opción realista que queda, señala Abbasli. Según las estadísticas oficiales, cinco millones de azerbaiyanos tienen acceso a Internet. El sitio Socialbakers, que analiza el tráfico de Facebook, sostiene que 900.000 de ellos son usuarios de esa red social.

En vista de estos datos y de la flexibilidad de este servidor como medio de comunicación, los activistas esperan que una estrategia opositora basada en las redes sociales dé nuevos bríos al movimiento. «En la primera etapa, aquellas personas que son observadoras pronto se volverán activas en los debates y crearán confianza», plantea Natig Adilov, fundador y administrador de Xilas (Salvación), uno de los grupos azerbaiyanos de discusión más grandes de Facebook, con unos 200.000 miembros. «En la siguiente etapa, se sienten suficientemente confiadas para realizar sus protestas en las calles», añadia.

Abbasli lo apoya: «Las protestas en el ciberespacio involucrarán a más personas, se expandirán más y no permanecerán allí para siempre. La gente se apartará del ciberespacio para salir a las calles. Esta vez será más agresiva, más difícil de controlar». En términos prácticos, no es seguro que las voces de disención se vuelvan más osadas en Internet de lo que lo son en las calles. Los funcionarios ya controlan cuidadosamente las actividades de los ciudadanos en la red de redes, y ya hay ciudadanos encarcelados por esos motivos.

Una investigadora estadounidense experta en comunicaciones que estudia la actualidad de Azerbaiyán alertó que el hecho de que las críticas al gobierno pasen de Facebook a las calles plantea todo un desafío. En la medida en que la oposición use cada vez más a Internet para movilizarse, aumentará también la vigilancia del gobierno, pronostica Katy Pearce, profesora adjunta de comunicaciones en la Universidad de Washington. «Eso fácilmente podría desalentar el disenso en Internet».

Pearce en una entrevista con EurasiaNet.org realizada por correo electrónico, explica que «pese a que el gobierno azerbaiyano bloquea poco contenido, como la gente teme las repercusiones de expresarse en Internet, se autocensura, de ahí que no haya libertad de expresión en Internet para los azerbaiyanos».

El bloguero Ravil Asadov admitió que a menudo lucha contra la autocensura. «Recibo amenazas por mi blog, que critica al gobierno. Eso no me frena, pero es molesto. Cada vez que escribo, pienso en censurarme a mí mismo para no tener más dolores de cabeza».

En una reunión patrocinada por la ONU y realizada a comienzos de este mes en Baku, dirigentes europeos fustigaron a las autoridades azerbaiyanas por sus tendencias represoras en la web. Las autoridades, insistieron en que toleran la diversidad de puntos de vista que se expresan en Internet. «La posición principal del gobierno azerbaiyano es crear todas las condiciones posibles para garantizar la plena libertad en Internet», dijo Elnur Aslanov, director del departamento de análisis político de la Presidencia en el portal 1news.az.

Activistas como Abbasli tienen serias dudas sobre la sinceridad de las declaraciones del gobierno acerca de la libertad en Internet, pero agregan que no tienen más opción que seguir adelante con una campaña basada en la web, pese a los riesgos.

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