En el marco del lanzamiento de la iniciativa global del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, «Educación Primero» Osotimehin explica cómo los estados miembro del foro mundial, junto con el UNFPA, se preparan para hacer frente a los desafíos que implica una población mundial de 9.000 millones de personas.
¿Cuál será el principal objetivo del UNFPA el año que viene: envejecimiento, planificación familiar o crecimiento poblacional en los países en desarrollo?
Babatunde Osotimehin.- Atenderemos los dos extremos. Primero los jóvenes en edad reproductiva o en el umbral de ello. Dado que la mayoría reside en los países en desarrollo, donde la población todavía crece con rapidez, nosotros, en tanto que Fondo de Población, trabajamos con los gobiernos para atender temas de educación sexual, en general con las niñas, para asegurarnos que les damos todas las posibilidades para desarrollar su potencial.
Los servicios de salud reproductiva están incluidos en el plan y trabajamos con los gobiernos para implementar políticas que garanticen los derechos de las personas a elegir sin coerción. Si se logra, se puede enlentecer el crecimiento de la población. Ya lo hemos hecho en muchos países y ha sido un éxito. Seguir adelante con un enfoque basado en derechos, y ofrecer servicios educativos es lo correcto. Pero esto es solo una parte.
También está la cuestión del envejecimiento, pues los países se encojen en términos de población. La productividad puede resentirse ya que habrá menos jóvenes que adultos. Actualmente, una de cada nueve personas tiene más de 60 años. Pero en 2050 la proporción será de una cada cinco. Tenemos que ser conscientes de esto. Para poner en marcha políticas sociales consideramos lo que el envejecimiento representa para la producción, la gestión de servicios, el empleo, las políticas y los servicios sociales, de salud, vivienda y educación.
¿Cree que la actual crisis económica, en especial la de Europa, tendrá un impacto negativo en la financiación de programas de población en el mundo?
BO.- La crisis puede afectar a la financiación de los programas de población porque no sabemos cuánto va a durar. Algunos donantes se han visto afectados, pero con suerte se encontrarán soluciones en la eurozona y comenzaremos a ver la diferencia en términos de ayuda al desarrollo.
Creo que es hora de ver los sistemas de desarrollo con una lente totalmente distinta. Por ejemplo, qué hacemos con el «acuerdo de Busan» para que, de hecho, involucre a la cooperación Sur-Sur, más que en la asistencia, en el área técnica, y así poner en marcha modalidades que incidan en el proceso de desarrollo, que no dependan totalmente del dinero.
Por último, también hemos de instar a las economías emergentes a participar en la agenda para el desarrollo mediante la cooperación Sur-Sur y asegurarnos de que estas experiencias ocurran en varias regiones del mundo. Probablemente eso es lo que va a ocurrir.
El programa de acción adoptado en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, realizada en El Cairo en 1994, conmemorará su 20 aniversario en 2014. ¿Espera que haya otro encuentro internacional a modo de seguimiento?
BO.- No habrá una conferencia internacional, sino una reunión de alto nivel en la ONU. Creo que vamos a revisar lo que hemos logrado en relación con el proceso de El Cairo, y en 2014 tendremos el informe del secretario general al respecto enfocado en salud reproductiva basada en derechos, pero básicamente también identificaremos lo que falta, lo que nos queda por recorrer.
Eso ocupará nuestra agenda, pero lo más importante, para 2015, será poner al frente y en el centro de nuestro interés la salud reproductiva y los derechos de las mujeres y las niñas si queremos avanzar.
¿Cuáles son los logros y los fracasos de la Conferencia? ¿Se lograron los objetivos? De no ser así, ¿cuál es el déficit?
BO.- No se lograron los objetivos en términos de financiación. No le puedo decir exactamente cuál es el déficit, pero hemos tenido avances. Como puede ver, ha habido un enorme aumento en materia de educación de mujeres en el mundo. También hemos podido ofrecer educación sexual en muchos países y mejorar las políticas ambientales sobre salud reproductiva.
Además ha habido un aumento en el gasto de los propios gobiernos en esta área. Por supuesto, nos quedan muchos desafíos, como la resistencia a ciertas cuestiones femeninas para asegurar los derechos y la salud reproductiva, pero creo que, en general, hemos avanzado.
En lo que respecta a «Educación Primero», ¿qué papel le tocará desempeñar al UNFPA?
BO.- El papel de la agencia será subrayar la perspectiva única que le daremos a la educación. A) En lo que respecta a la educación de las niñas, que es crucial para el desarrollo nacional; B) Insistir en que la educación es global e incluir educación sexual integral; C) Avanzar en el empoderamiento de jóvenes y ofrecerles la capacidad para participar en forma efectiva en el desarrollo nacional.
Hace unos días dije que los jóvenes son el futuro y me dijeron: «No, estamos aquí. No somos el futuro, somos el hoy». Y eso es verdad. Los cambios que han ocurrido en África del norte los han protagonizado los jóvenes y eso está ocurriendo en todo el mundo.
Todos afrontamos desafíos, pero es importante saber cómo podemos asegurarnos de que los jóvenes participen en las conversaciones y que se vean como parte de la solución y no del problema.